Castilla y León fue una de las primeras comunidades en mostrarse contraria a elevar la nota al 6,5 para acceder a una beca universitaria, tal y como ha propuesto el Gobierno central. Y ayer reiteró su posición a través del consejero de Educación, Juan José Mateos, que anunció que la Administración regional mantendrá el 5 como requisito académico mínimo para obtener ayudas al estudio, al tiempo que confirmó una subida de las tasas del IPC fijada en el 1,4%.
De esta forma, la Junta de Castilla y León no modificará los criterios de concesión de becas, de las que este curso académico se han beneficiado un total de 1.450 estudiantes de las universidades de la región (136 de la UBU). No obstante, otros 1.356 se han quedado fuera de la convocatoria (162 en Burgos) aun cumpliendo con todos los requisitos exigidos.
Sobre este aspecto, el responsable regional subrayó que «ningún» alumno de la comunidad dejará de estudiar por motivos «estrictamente» económicos. «Entre la Administración regional y las universidades disponemos de una serie de actuaciones que pueden evitar esas situaciones especiales. Estamos en ello y estoy seguro de que lo vamos a cumplir», afirmó.
Precisamente, la Universidad de Burgos fue pionera a la hora de crear un fondo de emergencia que supliera las necesidades económicas de aquellos alumnos que se quedan sin ayudas estatales o regionales. En este sentido, compensará a 150 de los 162 estudiantes que se no han obtenido beca de la Junta a través de una partida económica de 200.000 euros.
Sin dejar de lado el ámbito de los estudios superiores, el consejero de Educación anunció ayer que la subida de las tasas universitarias para el próximo curso académico será del 1,4%, el correspondiente al IPC (Índice de Precios al Consumo) mínimo de este año. El Ministerio ha dejado vía libre a las comunidades autónomas para que aplicaran los incrementos en función de sus necesidades.
En principio, el Gobierno regional barajó la posibilidad de congelar las tasas o aumentar solo el IPC, tal y como finalmente ha ocurrido. Cabe recordar que el año pasado se encarecieron de media un 35%, lo que permitió a la UBU obtener unos ingresos adicionales que para el próximo curso 2013-2014 se calculan en un millón de euros con la subida mínima.
Durante su presencia en la capital burgalesa y a preguntas de los periodistas, el responsable regional se refirió también, aunque de forma escueta, al recorte de ayudas a las familias numerosas en lo concerniente a las enseñanzas especiales de Música, Danza e Idiomas. «Es una parte de la Ley de Medidas que corresponde a Hacienda y, por tanto, de ahí ha venido su aplicación. Desde el punto de vista de Educación no tengo nada más que decir», precisó. Se trata de nuevos criterios de acceso que se vinculan directamente a la renta para obtener el 50% de la bonificación del precio de las matrículas del que tradicionalmente había disfrutado el colectivo, que además también podría ver mermados sus beneficios respecto a las tasas universitarias.