Ha sido una de las revelaciones del final de temporada. Después de una primera vuelta en la que apenas contó para el míster, Álex Ortiz ha demostrado su potencial en los últimos meses desbancando a Corral en el centro de la defensa rojilla. 

Permanencia asegurada, goleada al Alavés y tanto suyo incluido, ¿se puede pedir más al final de temporada? 

Estamos todos muy contentos porque el año no ha sido fácil y  ahora nos quedan otros dos partidos para disfrutar junto a la afición. 

El encuentro ante el Alavés fue el mejor de la temporada, ¿el equipo necesitaba liberarse de la presión?

Sí, porque no se juega igual cuando sabes que la permanencia ya esta asegurada que si tienes urgencias en la tabla. 

El míster asegura que al Mirandés le ha pasado factura el entorno y ha jugado muy agarrotado gran parte del año por miedo a que se repitiera lo del año pasado. 

Es cierto porque ha sido una temporada complicada, sobre todo al inicio, ya que la sombra del último año era muy alargada y la afición estaba un poco dividida. Sabíamos que teníamos en nuestra mano dar la vuelta a la situación, pero no fue fácil porque el verano, con el ascenso casi al final, no nos dejó mucho tiempo para preparar la competición. 

Un ambiente como el de Anduva ayuda pero, ¿se vuelve en contra cuando las cosas no salen bien? 

El Mirandés tiene una afición de 10. Es lógico que al principio estuviera expectante por lo sucedido meses atrás, pero cuando vio que este equipo se entrega al máximo, se ha volcado con nosotros. 

Terrazas considera que sin ese miedo la plantilla tenía potencial para quedar entre los dos primeros. 

Ya sabemos que el míster es una persona con un carácter inconformista, y es bueno que cuando llevas a un grupo de deportistas el nivel de exigencia sea el máximo.  Es un entrenador que nunca deja que te relajes y aunque este año no hemos podido pelear el play off hasta última hora, que es lo que él nos había marcado como objetivo, intentaremos dar ese salto de calidad la próxima temporada. 

En lo personal su rendimiento personal ha ido a más con el paso de las jornadas y ha acabado siendo un fijo en el once. 

Si, me costó mucho entrar en el equipo pero nunca baje la guardia. Sabía que tenía que estar tranquilo porque mi oportunidad iba a llegar y tenía que estar a tope para tratar de aprovecharla. Por suerte me he podido ganar la confianza del técnico en el último tramo y me siento muy satisfecho. Ojalá la temporada durase, tanto para mi como para el equipo, cinco o seis partidos más porque llegamos en un buen momento.