En tierra extraña

Angélica González / Burgos
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Cuando vivir en otro país es vivir mejor. Se formaron aquí con recursos públicos y ahora no hay espacio para ellos. Ahí van cuatro ejemplos de cómo los jóvenes burgaleses han encontrado fuera una vida mucho más gratificante. Pero todos quieren volver

Sandra Palacios // Hamburgo. Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos

«Me encantaría volver. Es un deseo de todos los expatriados»

Sandra Palacios tiene 28 años y hace tres y medio que se marchó con una beca a Hannover (Alemania) con la intención de pasar allí seis meses. Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de Burgos, cuenta que se vio «prácticamente obligada» a quedarse en aquel país más tiempo del inicialmente previsto ante la crisis de la que tanto le está costando salir a España: «Me ofrecieron la posibilidad de continuar en la empresa y la acepté. Tras un año y medio en Hannover quise cambiar de trabajo y encontré una nueva posibilidad en Hamburgo. Y desde hace casi dos años vivo aquí», cuenta en un correo electrónico.

En la tierra de Angela Merkel asegura vivir mucho mejor que aquí por esas razones que la gente normal desea y que en España parecen un capricho de niño mimado: tiene un trabajo que le gusta, unas condiciones laborales muy buenas e independencia económica. Pero no todo es de color rosa, reconoce: «Profesionalmente es una situación óptima, desde el punto de vista personal, no tanto».

A pesar de los kilómetros que le separan de Burgos, dice sentirse interesada por las noticias locales y nacionales, que sigue por los telediarios on line y la versión digital de los periódicos. Sandra tiene muy claro que va a votar el próximo día 24, para lo que no ha encontrado ninguna traba ya que estaba registrada en el consulado español en Hamburgo y solo tuvo que dirigirse allí y pedir la documentación para enviar por correo su voto. Pero su caso no es el de todos sus compatriotas ya que  cree que hay mucha falta de información respecto «sobre todo, a los plazos de registro  y solicitud de voto, que acaba en diciembre».

Como es lógico, echa mucho de menos a su familia y a los amigos y, «por supuesto», la cultura y las costumbres españolas, que a sus convecinos parecen encantarles: «Les encanta nuestro país como destino de vacaciones, les gusta el espíritu alegre y la manera que tenemos de disfrutar de la vida; sin embargo, en el ámbito profesional nos ven menos responsables y serios». A Sandra le encantaría volver y poder trabajar aquí: «Creo que es un deseo generalizado entre todos los expatriados».

Borja del Río // Ankara. Ingeniero industrial

«Es alucinante que no se facilite el voto emigrante. Quizás no interesa»

Tenía toda la intención de votar desde Ankara (Turquía), que es donde este inquieto burgalés se encuentra ahora mismo trabajando para la multinacional española Corporación Gestamp. Pero a Borja del Río no le va a ser posible ejercer su derecho: «Tras informarme de la burocracia que tenía que realizar, he descartado votar, no tenía tiempo material para realizar todos los trámites. Me parece alucinante que, sabiendo la cantidad de emigrantes forzados con los que cuenta el Estado ahora mismo, no se implementen mecanismos más sencillos para hacerlo. Quizás no interese que ese 5% de españoles en el extranjero expresen su opinión en las urnas».

Así que a Del Río, otro talento local (es ingeniero industrial por la UBU)que se gana la vida fuera, le da mucha pena no participar en las elecciones del 24 «especialmente por el momento que estamos viviendo, donde las injusticias afloran constantemente y otros lo pagan con el exilio de sus ciudades, familias y seres queridos».

Borja, de 30 años, se define como un «perfil móvil» dentro de su empresa ya que ha pasado temporadas en Sudáfrica, Estados Unidos, India y Brasil, entre otros países, algo que lleva bien porque siempre le ha gustado viajar y opina que en los ambientes internacionales de trabajo «la rampa de aprendizaje es más pronunciada y te permite ganar en actitudes y aptitudes mucho más que si no sales de la madriguera».

No vive mejor fuera de España que aquí y asegura que todavía está por encontrar algún sitio donde se trabaje más horas reales que en España: «Ahora en Turquía hay mucho trabajo y no se vive mal. Dicho esto, como en casa, en ningún sitio, eso sí, con un salario y condiciones laborales dignas».

Si se pone a hacer una lista de las cosas que le dan más morriña le sale, además de la comida y la familia, dar un paseo por el casco viejo de Burgos y afirma que su intención es la de volver en algún momento: «Quiero pensar que el escenario actual es transitorio y que en algún momento recuperaremos la cordura y empezaremos a limpiar, ordenar, remontar el vuelo y promover el talento y la innovación».

Guillermo Palacios // Amsterdam. Economista

«Siento una gran melancolía y necesito volver cada dos meses»

Su exilio es voluntario  y arrancó, como el de tantos, con una beca Erasmus. Guillermo Palacios eligió Budapest pero  un año no le fue suficiente para sumergirse plenamente en la cultura húngara y se quedó dos más, tiempo en el que este economista burgalés finalizó un máster en Finanzas mientras trabajaba de contable en Tata Consultancy Services. «Después de tres años decidí que era la hora de buscar nuevas oportunidades en otro lugar y sabía que tenia que ser Amsterdam», explica vía e-mail.

Afirma que ha cambiado su percepción de España desde que está fuera: «Cuando estás lejos te das cuenta de lo grande que es España en todos los sentidos menos en la política. Tengo una profunda melancolía y necesito ir una vez cada dos meses para refrescar memorias y coger energía». ¿Y cuál es su posición ante la cita con las urnas del día 24? Escéptica y cabreada: «Cada vez que pongo las noticias tengo más claro que no hay un partido político que sea de mi gusto, reduciendo mi motivación a la hora de elegir a uno de ellos  que sé que va a ser corrupto o populista o incompetente. Así que no he movido un dedo para votar».

Como los demás expatriados que aparecen en estas páginas, Guillermo tiene intenciones de volver a España pero... siempre y cuando sus condiciones de vida no vayan a empeorar sino a mejorar «por lo que, tristemente, creo que aún no es el momento, pero confío en que la situación vaya a cambiar algún día ya que España es un país con un gran potencial. Además, creo que mi experiencia en el extranjero me ayudará a conseguir más cosas en un futuro».

Mientras tanto, en Amsterdam (Holanda) Guillermo vive bien y disfruta de  óptimas condiciones laborales. Sus colegas de allí, asegura, nos ven como un país de vacaciones, donde todo el mundo está de fiesta las 24 horas del día y se  come muy bien: «Nos quieren mucho y cuando saben que eres español rápidamente se emocionan e intentan hablar lo poco que saben del idioma. En Budapest somos todavía más exóticos y era inevitable captar la atención de las mujeres húngaras». No todo va a ser trabajar.

Álvaro Gutiérrez // Filadelfia. Doctor en Biología Molecular

«Aquí no todo es perfecto pero vivo mejor que cuando me fui»

Álvaro Gutiérrez nació en Burgos en 1979, se formó en el colegio de Jesuitas y ahora vive en Estados Unidos, donde está intentando descubrir por qué algunas mutaciones son capaces de producir cáncer. Este doctor en Bioquímica y Biología Molecular es investigador asociado en el departamento de Biología del Cáncer de la Universidad de Pensilvania (Filadelfia) y lleva ya varios años fuera de España, algo que es frecuente en su ámbito. «En investigación biomédica es bastante habitual ir al extranjero para continuar con la formación debido a la alta calidad científica de las universidades, una mayor disponibilidad de recursos económicos para trabajar y mejores condiciones laborales». Y esas mejores condiciones laborales continúan. Gutiérrez afirma «sin ninguna duda» que vive en Estados Unidos mejor que en España: «No todo aquí es perfecto pero vivo mejor que cuando me fui». Aún así, no está desconectado en absoluto de lo que pasa por aquí y asegura que lee con regularidad las versiones de varios periódicos digitales nacionales y de Diario de Burgos.

Tiene toda la intención de participar en los comicios del próximo 24 pero depende de la burocracia:  «Tengo intención de votar en las autonómicas porque como emigrante no puedo hacerlo en las municipales. He solicitado el voto como residente permanente en el extranjero y estoy esperando a que llegue la documentación para poder votar, que no sé si lo hará a tiempo», contaba el pasado 4 de mayo.

Mientras tanto, reflexiona sobre las ventajas de vivir fuera, sobre todo, las que provienen de ampliar las miras: «Vivir en otro país con una cultura y un estilo de vida diferentes te abre la mente y modifica tu forma de pensar. Además, ves a tu país desde la distancia, lo cual ayuda a ver las cosas más objetivamente y, aparte, escuchas lo que otras personas piensan de él». ¿Y qué opinan los estadounidenses de España? Gutiérrez asegura que, por lo general, tienen una percepción bastante buena y lo consideran como un destino muy atractivo para visitar. Este investigador, de 36 años, quiere volver a España, claro: «Pero aún no sé cuándo pasará eso».