Descubren una entrada a la segunda cavidad de Castilla y León desde Losa

A.C. / Baro
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Dos integrantes del Grupo Espeleológico Takomano, de Mijala, han dado con la única boca burgalesa que conecta con el inmenso Sistema del Hayal de Ponata, de 65 kilómetros

La superficie de la Tierra apenas tiene secretos para el hombre, pero sus entrañas encierran aún muchos lugares inéditos. Los exploradores del subsuelo, los espeleólogos, tratan sin cesar de pisar donde nadie lo hizo antes y el pasado lunes Rubén Antolín e Israel Robles entraron en el club de los descubridores espeleológicos, al realizar un hallazgo histórico. Tres semanas antes, ellos y sus compañeros del Grupo Espeleológico Takomano habían logrado sortear el gran derrumbe que obstruía el avance por la pequeña cueva Rebollar II. Dos kilómetros más adelante se toparon con una de las grandes galerías del Sistema del Hayal de Ponata que atraviesa toda la Sierra Salvada. Habían logrado entrar por tierras burgalesas a la segunda cavidad más importante de Castilla y León después del complejo kárstico de Ojo Guareña y a la más importante del vecino País Vasco.

Hasta ahora y desde su descubrimiento en 1983 por el Grupo Espeleológico Alavés, el Sistema del Hayal de Ponata solo tenía una entrada en Orduña (Vizcaya)y dos en Álava, pero ambas estaban a siete horas de camino del sector terminal del sistema, ya en subsuelo burgalés. La cueva Rebollar II, que tiene entrada desde la pedanía losina de Baró, fue descubierta por el Grupo Espeleológico Edelweiss en 1984. Esta cueva está situada justo encima del Sistema del Hayal de Ponata y por ella circula una corriente de aire especialmente intensa que hacia suponer a los espeleólogos que existía una conexión entre ambas.

Edelweiss desosbstruyó la entrada en Rebollar IIy varios derrumbes, pero sólo llegó a recorrer 1,6 kilómetros. Los integrantes del Grupo Espeleológico Takomano, nacido en Mijala hace apenas cinco años tras la salida de varios integrantes del Grupo Espeleológico Merindades y su unión con espeleólogos alaveses, decidieron el pasado septiembre que iban a pelear hasta llegar al final  y lo han logrado.

100 kilómetros

Con la colaboración de algunos integrantes del GEA han trabajado durante cuatro fines de semana en el movimiento de piedras y rocas para despejar los 20 metros de derrumbe que impedían el paso y frenaban el avance por Rebollar II. Una vez abierto el camino para continuar conociendo la cavidad, han pasado otros tres fines de semana avanzando por otros dos nuevos kilómetros de cueva hasta que el lunes Antolín y Robles se asomaron a una inmensa galería de 60 metros de altura que pertenece ya al Sistema del Hayal de Ponata. La conexión entre Rebollar II y el Hayal de Ponata se produce a una gran altura, pero permitirá que en apenas dos horas de camino los espeleólogos lleguen al sector terminal de esta inmensa cavidad.

Para Rubén Antolín y el grupo Takomano no hay duda de que frente a ellos y el GEA se encuentra ahora el reto de topografiar y descubrir nuevas ramificaciones. «Estamos seguros de que hay mucho por explorar», destaca Antolín, quien añade que «no es lo mismo llegar a una zona ya cansado tras siete horas de camino, que después de solo dos». La nueva boca, que da acceso a los sectores más profundos y más desconocidos, podría ir acercando el Sistema del Hayal de Ponata al selecto club de las cavidades mundiales que superan los 100 kilómetros de recorrido, como destacan desde el Grupo Espeleológico Takomano.