San Juan de Dios dice que su permanencia depende de la Junta

Angélica González / Burgos
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«Ahora mismo no está en nuestras manos que esto siga adelante», advierte la orden religiosa. Los miembros de la plantilla aseguran que las familias están inquietas y preguntan por el futuro de los pacientes

Desde el viernes por la tarde el hospital está ensabanado con pancartas. - Foto: Jesús J. Matías

En el Hospital de San Juan de Dios la actividad sigue como cualquier día a pesar de que el pasado viernes su directiva dio a conocer que el 31 de diciembre terminará la vinculación con Sacyl y, por tanto, toda actividad asistencial. La única diferencia son los carteles reivindicativos que pueden verse desde fuera del complejo, sito en el Paseo de la Isla. Fuentes de la orden religiosa explicaron que, por el momento, no se plantean dar marcha atrás en una decisión tan radical y que reconducir la situación no depende de ellos sino únicamente de la Administración, con la que han estado sentados dos años intentando encontrar una solución al bajo precio que, a su juicio, se les está pagando por la atención a los pacientes de media y larga estancia y a los necesitados de cuidados paliativos.

«No es tan sencillo dar la vuelta a una decisión que nos ha costado mucho tomar y cuya reversión solo depende de la Junta, donde nunca se creyeron que seríamos capaces de anunciar el cierre del centro. Pero esto no es un calentón sino una situación fruto de una larga reflexión. Ahora mismo no está en nuestras manos que esto siga adelante pero queremos pensar que las cosas se pueden reconducir», reflexionaron estas mismas fuentes.

La intención de San Juan de Dios durante todo este tiempo ha sido que la Junta pudiera sacar a concurso -como hace con otros servicios, este mismo año lo ha hecho en Burgos con las resonancias magnéticas- la atención a este perfil de enfermos: «Nosotros no queremos ningún privilegio, simplemente que haya un concurso al que podamos presentarnos aportando toda la trayectoria que tenemos en este campo».

Los miembros de la dirección y de la plantilla se encuentran ahora, como ya se esperaban, con que las familias con pacientes ingresados están inquietas y preguntan por el futuro de éstos, algo que no pueden contestar porque, como dijo el propio consejero de Sanidad, Antonio Sáez, aún no se sabe qué destino tendrán estos enfermos. Tampoco se sabe qué ocurrirá con la treintena de despachos profesionales (médicos, psicólogos, fisioterapeutas) que ofrecen sus servicios en las instalaciones.

En cualquier caso, explicaron que «no van a poner a ningún paciente en la calle», que es, básicamente, lo mismo que aseguró Sáez. Los trabajadores están preparando un calendario de movilizaciones que fijarán esta mañana en una asamblea que se celebrará en el hospital.

La Junta aún no ha desvelado dónde serán trasladados el 1 de enero si, como parece, San Juan de Dios persiste en no asumir la actividad asistencial que le envíe el Sacyl. En el ámbito sanitario se entiende como «algo complicado» que pacientes de estas características puedan ocupar habitaciones en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU)dado que se trata de un centro específico para pacientes agudos y uno de cuyos principales objetivos es reducir la estancia media, para lo cual cuenta con varios hospitales de día en los que pacientes de diferentes patología son estabilizados sin necesidad de ingreso, y unidades de corta estancia.

Los ingresados en San Juan de Dios lo están una media de 66 días aunque en los últimos tiempos la cifra se había reducido a la tampoco despreciable de 51, una estancia que el HUBU no podría permitirse, según los expertos, que apuntan a que el hospital de agudos tampoco cuenta con personal suficiente, sobre todo de Enfermería, para atenderlos en el hipotético caso de que se trasladaran allí. Como se recordará, los sindicatos y colegios que representan a esta profesión llevan años quejándose de la política seguida por Sacyl, que está amortiza  plazas y no sustituye ni bajas ni vacaciones.

 Es éste el colectivo que conforma la mitad de la plantilla ya que de los, aproximadamente, 140 trabajadores, 75 son enfermeras o auxiliares de Enfermería (el resto son médicos, administrativos, limpiadoras, cocineros). La Enfermería se ocupa de estos pacientes, llamados de cuidados intermedios, con un diagnóstico específico y la atención integral desde la movilización a los encamados, hasta la medición de las constantes y la medicación. Los técnicos en cuidados auxiliares de Enfermería apoyan con la alimentación -si no pueden comer solos- y la higiene.

La presidenta del Colegio de Enfermería, Esther Reyes, cree que si se cierra este centro «se estará desaprovechando un recurso que ofrece un magnífico servicio». Reyes aseguró que se trata de un error «porque es un hospital que da una atención que hace falta»: «Muchos nos preguntamos qué hará Sacyl con los pacientes y si no existe un recurso adecuado quizás en muchos casos se fuerce a las familias a llevárselos a casa».