Como todas las mañanas, el personal del Servicio de Digestivo del Hospital Universitario se dispuso a poner a punto todo el instrumental para iniciar una mañana cargada de pruebas a pacientes que padecen afecciones intestinales y estomacales. Ningún signo externo hizo pensar a los sanitarios que se iban a topar con la desaparición de una buena parte del material. En concreto, 11 endoscopios (ocho de ellos para practicar colonoscopias y otros tres para realizar gastroscopias). Su valor total, según estima el jefe del departamento, Federico Sáez-Royuela, podría superar los 350.000 euros. «Son de diferentes características, pero de media podrían rondar entre los 25.000 y los 35.000 euros», indicó.

La sustracción de los aparatos provocó la anulación de numerosas pruebas programadas para ayer. En concreto, solo pudieron practicarse las colonoscopias consideradas como «preferentes». El resto de pacientes tendrán que acudir en los próximos días. En cuanto a las gastroscopias, se llevaron a cabo todas.

El Hospital ha solicitado a la empresa que gestiona el complejo, Eficanza, que reponga en el menor tiempo posible el material sustraído con el fin de que puedan retomarse las pruebas. Hoy llegarán 3 gastroscopios y 5 videocolonoscopios, a los que hay que sumar otros 5 que estarán el viernes.

El robo tuvo que producirse a última hora de la tarde del martes o bien por la noche, porque hasta la mañana de ayer no echaron de menos los endoscopios. A primera vista, lo que llama la atención es que «no había signos externos de violencia». No apreciaron daños en el mobiliario ni otros enseres. El golpe fue limpio.

La dirección del Hospital denunció los hechos ayer ante la Comisaría de la Policía Nacional, que envió a agentes de la Brigada de la Policía Científica. Para resolver el robo habrán de revisar las cámaras de seguridad situadas en el interior del recinto, con el fin de comprobar si en las grabaciones aparece algún sospechoso. Para ello se pusieron en contacto con  la empresa de seguridad que tiene adjudicada, vía Eficanza, la vigilancia de las instalaciones.

¿Qué destinó podrían tener esos aparatos? El jefe del departamento es muy claro. Solo sirven para practicar colonoscopias y gastroscopias, «no tienen ninguna otra utilidad».

Esta certeza pone de manifiesto que los ladrones o quienes encargaron el robo pretenden revender la mercancía para montar una clínica en otro lugar, seguramente en países del Este de Europa. Y es que estos instrumentos «no están fabricados con ningún metal o material valioso que los cacos puedan colocar a algún perista o enviar a fundición».

El servicio que atiende a los enfermos del aparato digestivo se encuentra en el primer sótano del bloque B del Hospital Universitario. La Policía Nacional interrogará al personal para ver si observaron algún movimiento extraño durante la noche del martes o la madrugada del miércoles, momentos en los que tuvo que cometerse la sustracción.