Una llave sospechosa y sin coartada

I.E. / Burgos
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La Policía pone en orden todas las evidencias halladas por la Guardia Civil contra Ángel para establecer si fue él el autor

Ángel Ruiz - Foto: Ángel Ayala

La Guardia Civil halló en su casa, durante la investigación por el asesinato de su vecina, Rosalía Martínez, varias evidencias que apuntan, según el Instituto Armado, a que pudo ser también el autor del triple crimen. Estos datos se unen a algunos que ya reunió contra él la Policía Nacional en 2004 y 2005,  tras realizar las pintadas en el panteón de Salvador Barrio.

Llave del despacho de la alcaldía. Entre las muchas llaves que la Guardia Civil halló en su poder se encuentra una con la inscripción realizada con un punzón en la que se lee ‘Ayuntamiento’. Se trata de la llave del despacho del alcalde de La Parte de Bureba en 2004, que  se ha usado hasta hace pocos meses, ya que fue cambiada la cerradura. El actual alcalde, Ignacio Ruiz, ha declarado que la llave «probablemente pertenecía a un predecesor suyo». Salvador Barrio fue regidor de La Parte en 2004, cuando fue asesinado. Ángel pudo haber accedido a la oficina municipal y haber cogido otras llaves del finado, quizás las de su casa de la capital. Eso explicaría que la puerta del piso de la calle Jesús María Ordoño no fuera forzada. Para matar a Rosalía Martínez, Ángel Ruiz tuvo que robar varias llaves, entre ellas las de la vivienda de un vecino de Vileña y las llaves de su coche.

Zapatillas Dunlop. La huella de la zapatilla hallada en el piso de Jesús María Ordoño en 2004 pertenecía a calzado de la marca Dunlop. Pues bien, en los registros de su casa de La Parte la Guardia Civil encontró una par de dicha firma deportiva, lo que demuestra cierta predilección por las Dunlop. La suela de las halladas es distinta de la huella que dejó el asesino en el piso de la familia Barrio Dos Ramos.

El número 43. Ángel Ruiz calza el número 43 de pie, según el sumario del caso Rosalía Martínez. La huella de la zapatilla del piso de los Barrio correspondía a un 44 o 45, según la última pericia que hizo la casa, pero durante la investigación los expertos señalaron, en un principio, que podía estar entre el 42 y el 44.

Ataviado con varias capas de ropa. Uno de los hechos más sorprendentes del triple crimen es que el autor, tras salir de la casa, no dejó ningún rastro en el descansillo ni en el portal. Una circunstancia esta que hace pensar a la Benemérita que acudió «bien equipado» a la escena del crimen con otra ropa y calzado, para cambiarse «en una operación que debió realizar con gran premura», ya que sin duda los gritos de las víctimas «debieron alertar al vecindario». En este sentido, en la detención de Ángel Ruiz en 2013 los agentes de la Guardia Civil constataron que iba pertrechado con varias capas de ropa y zapatillas deportivas, «lo cual facilita un cambio muy rápido» de apariencia. Aunque se quitara dos prendas, continuaba vestido.

Viaje a Burgos y sin coartada. Aunque no tenía carné, ha quedado demostrado que sabe conducir y que más de una vez fue a la capital con la Nissan Vanette de su padre. De hecho, en su poder tenía un permiso falsificado con su fotografía. Para llegar aquella madrugada de 2004 a Burgos tuvo que usar sus propios medios, ya que no hay transporte público desde la localidad a la capital. Además, aquellos días se encontraba solo en casa, puesto que su padre había sido ingresado en un hospital de Valladolid. No tenía coartada.

Guantes de labranza. En los registros que la Policía Nacional efectuó tras ser detenido por las pintadas aparecieron unos guantes de labranza con la inscripción en el dorso ‘CE’ (marca de registro de la Comunidad Europea). Y es que en la sangre de la sábana de la cama de matrimonio de Salvador y Julia apareció una impronta similar a esa ‘CE’. Sin embargo, el indicio fue descartado por ser esas letras 5 milímetros mayores que las de la cama.

Recortes de periódico. En el vestíbulo de su vivienda de La Parte y en su tractor -John Deere- fueron hallados 9 meses después del triple asesinato dos recortes de periódico -El Norte de Castilla- de los días 9 y 13 de junio, que recogían noticias  del asesinato y de las pintadas en el panteón de Salvador respectivamente.

El móvil odio. Las pintadas que realizó en el panteón de Salvador Barrio el día del entierro de éste demuestran que le guardaba rencor. Habían tenido desavenencias a cuenta de unas lindes y hay quienes creen que era el hombre que amenazaba a Salvador por teléfono los días antes del crimen.

Teléfonos móviles. La jueza del número 2 de Instrucción ha solicitado a 11 compañías telefónicas las líneas que Ángel Ruiz tenía contratadas en 2004, así como las de su familia. La Guardia Civil le requisó tres terminales distintos en los registros que practicó en su casa en 2012 y un número nuevo sin desprecintar.

Pastor, familiarizado con el sacrificio de animales. Salvador Barrio, Julia Dos Ramos y el pequeño Álvaro sufrieron numerosas puñaladas, pero murieron desangrados los tres a causa de una cuchillada muy «certera» que les asestó el asesino y que les seccionó los «grandes vasos y la tráquea», recuerda el forense, Joaquín González. Esa pericia con el cuchillo es propia, según él doctor y la Guardia Civil, de personas familiarizadas con la matanza de animales. Ángel lo estaba.

Antecedentes. Ya ha asesinado a una persona, Rosalía Martínez Gandía, y ha sido condenado a 18 años de cárcel. La Guardia Civil le considera autor de la desaparición de Shibil Angelov Shibilov, un ciudadano búlgaro al que contrató para buscar unos sicarios que mataran a un familiar suyo de Bilbao. La Benemérita considera que es el autor de su muerte, si bien el cadáver no ha aparecido. Fue descubierto el coche quemado de la víctima.