Tras el cierre en el año 2015 de tres establecimientos hosteleros por negarse reiteradamente a cumplir con su horario de cierre, Policía Local y Junta de Castilla y León emprendieron una cruzada contra este tipo de infracción que se refleja en la estadística. Entre los años años 2016 y 2017 las multas a locales de hostelería por contravenir su obligación de clausurar a la hora convenida alcanzan la cifra de 330, un 32% más que las 250 registradas en el bienio anterior. Además, los bares, pubs y discotecas se toman en serio la acción punitiva de la Administración, pues en los dos últimos años no ha hecho falta precintar ningún negocio. Todos los expedientes se han saldado con sanciones económicas, que oscilaron entre los 601 euros y los 6.750, según los datos que aportó la Sección de Interior de la Delegación de la Junta en Burgos.
Hay establecimientos que con la primera multa «aprenden la lección» y no vuelven a infringir la normativa, y hay otros especialmente reincidentes, aunque en este bienio no se ha decretado la clausura temporal de ninguno.
La normativa -la Ley 7/2006 de espectáculos públicos y actividades recreativas de Castilla y León- contempla sanciones económicas para los bares que se saltan a la torera la hora tope de cierre, que van desde los 601 euros hasta los 30.000. La mayoría de las multas, según explican desde la sección de Interior de la Delegación Territorial, se imponen en su límite mínimo y las de mayor cuantía no suelen superar los 7.000 euros.
[más información en la edición impresa]