Una comisión decidirá si es viable navegar por el embalse de Alba

I.P. / Burgos
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La empresa de ocio Beloaventura, que pretende botar 10 piraguas para recorrer el cañón del Oca, sigue a la espera tras haber construido el centro de desinfección tal y como exige la CHE

Un año después de que la Confederación Hidrográfica del Ebro incorporase el embalse de Alba al listado de presas navegables para embarcaciones propulsadas a remo y velas con la clasificación de tipo P -considerada de riesgo por la presencia del mejillón cebra- ninguna embarcación ha surcado aún sus aguas y eso que la empresa de ocio Beloaventura retomó un proyecto que ya había presentado en 2012 y que entonces le fue denegado. Sergio Blanco, gerente de Beloaventura, comenzó el año pasado a tramitar los permisos necesarios para poder hacer realidad su proyecto, tanto ante la propia CHE como la Junta de Castilla y León que, tras varias prescripciones e informes, dieron su visto bueno al  proyecto, que no es otro que ofrecer viajes en piraguas surcando el cañón del Oca, con las consiguientes explicaciones didácticas del lugar, incluido, el avistamiento de aves y flora. Dos horas de recorrido por un paisaje espectacular y una oferta más a incluir por Beloaventura a su ya amplia cartera de ocio.

El propio Blanco adquirió un terreno donde ha construido el centro de desinfección, exigido por el riesgo de presencia de mejillón cebra, al explicarle desde Diputación que ésta no tenía intención de hacer inversión alguna. Todo en vano, por el momento, ya que el empresario se ha topado ahora con las reticencias de la propia institución provincial, titular de la presa, que no interpreta de igual manera que Blanco algún informe de la CHE, tal y como se puso de manifiesto en la reunión mantenida por Blanco el martes con los responsables de Medio Ambiente, tanto políticos como técnicos. En este sentido, el diputado del área, David  Colinas, manifestaba ayer que la Diputación ve con buenos ojos el desarrollo de la iniciativa, pero que se tiene que garantizar la legalidad del proyecto y cumplir con los requirimientos de la CHE. Una de las cuestiones a resolver, según Colinas, es quien asume la responsabilidad de la prestación del servicio de desinfección. El empresario está dispuesto a hacerlo y por ello, dice, construyó y costeó el centro, pero en Diputación se interpreta que según la CHE, esa responsabilidad la tendría que asumir ella.

Así las cosas, ahora toca determinar cómo se gestiona el servicio, si se autoriza a Beloaventura, si se saca a adjudicación o se hace directamente, «lo que sea, pero hay que garantizar que no haya contaminación». En aras a buscar una solución, Colinas ha convocada una comisión de Medio Ambiente con los grupos políticos el próximo mes para estudiar los informes y encarrilar el tema para que  se pueda poner en marcha, si se aprueba su viabilidad, el proyecto de navegabilidad por el embalse. Blanco espera que los grupos apuesten por este proyecto de dinamización turística y entiende que él puede asumir el servicio  como lo hace cualquier otra empresa en proyectos similares.