Primer congreso sobre brujas en la literatura del Siglo de Oro

I.L.H. / Burgos
-

Entre los días 5 y 7 de mayo, 40 expertos internacionales debatirán por primera vez sobre esoterismo y brujería en los textos españoles del XVI y XVII. Se celebrará en la Sala Polisón

No se inquiete si la próxima semana le dan a beber una pócima en la Sala Polisón, si ve una escoba aparcada a la puerta o escucha conjuros; no se asuste por una aparición espectral ni tema encontrarse con duendes, alcahuetas, fantasmas y monstruos; mantenga las distancias si intuye a seres endemoniados y déjese llevar por la magia y los poderes de la adivinación. Déjese sugestionar con estos seres y ritos, siempre y cuando aparezcan en la literatura española del Siglo de Oro.  

Por primera vez un congreso fija su atención en los temas relacionados con el esoterismo y la brujería que han sido abordados en los textos del Renacimiento y Barroco. Entre los días 5 y 7 de mayo cuarenta expertos internacionales debatirán sobre el interés de los clásicos por estos temas: «No son personajes secundarios los que aparecen vinculados al mundo de la hechicería, la brujería o la magia. Y a medida que avanza el siglo XVII se crean auténticas comedias de magia con efectos espectaculares porque vamos hacia un tratamiento de las puestas en escena muy vistosos», subraya María Luisa Lobato, de la Universidad de Burgos.

«En la literatura se los trata de manera crítica, pero también se aprecia la creencia en determinados conjuros, pócimas o filtros de amor. Se trata de manera seria -y vemos cómo la Inquisición se inquieta por la libertad con la que se habla de estos temas-, pero también se los parodia», añade la actual tesorera de la Asociación Internacional de Hispanistas (AIH). De esta institución, por cierto, acudirán cuatro miembros entre los que destacan su presidente, David Gies, y el investigador Aurelio González, de México.

El congreso Esoterismo y brujería en la literatura del Siglo de Oro está organizado por las cuatro universidades públicas de Castilla y León y el Instituto Almagro de Teatro Clásico, y cuenta con la colaboración del IMC.