Intervención detecta pagos no justificados de varios empleados de la Fundación 2016

Á. M. / Burgos
-

Se corresponden al año 2010. El informe también señala que la contratación del personal y los asesores no se hizo conforme a la Ley y que se prestó coche y chófer municipal con un coste de 30.000 euros que deberían recuperarse

Se pasaron gastos por más de 1.300 euros sin especificar. Otros sí fueron con recibo, entre ellos comidas en Burgos de gente que trabajaba en Burgos. Y copas en Bruselas. - Foto: diariodeburgos.es

El área de Intervención del Ayuntamiento de Burgos entregó en diciembre el informe «definitivo» de control financiero de la Fundación Burgos 2016 para el ejercicio de 2010. Un procedimiento que fiscaliza el uso que se ha hecho de los fondos públicos destinado al ente (necesario para tramitar la subvención del año siguiente, el 2011) y que refleja algunas ‘anomalías’ que han sido puestas en negro sobre blanco.

Concretamente, Intervención detecta pagos no justificados ( y por tanto no subvencionables) que recomienda que sean detraídos del  dinero a transferir durante 2011. Esos pagos ascienden a 3.700 euros. De ellos, 1.475 obedecen a una factura expedida por una empresa (La Fábrica Gestión Más Cultura) por un trabajo que se considera que no formaba parte de lo contratado; 300 euros es un ‘exceso de dieta’ pagado a la asesora Mary Miller en concepto de dietas de desplazamiento (pasó 6 veces una dieta de 350 euros cuando en contrato tenía reconocidos 300); 600 euros pagados por el mismo concepto al asesor Anders Rykkja (que no tenía dietas reconocidas) y 1.243 euros por pagos realizados con una tarjeta VISA que no fueron justificados.

Es en este último concepto en el que está lo llamativo del informe, pero quizás no tanto en lo que no se justificó como en lo que sí se justificó: otros 7.000 euros de VISA cuyos comprobantes fueron presentados y que, por tanto, reflejan para qué se utilizó ese dinero.

Reuniones con mantel

El control de la VISA reflejado en el informe se refiere al periodo comprendido entre febrero de 2010 y noviembre del mismo año, fecha en la que el por entonces gerente de la Fundación, Eduardo Escudero, es apartado del proyecto. Muchos de esos pagos se corresponden con el coste del transporte (bus, avión, AVE...) de los empleados y colaboradores de la Fundación para asistir a actos relacionados con la Candidatura de Burgos, pero hay otros que Intervención no valora «porque si se debe comer solomillo o pasar las copas o no es una decisión política», según fuentes consultadas por este periódico.

Así, en febrero de 2010 se pasaron dos comidas en dos conocidos restaurantes de la ciudad por valor de más de 200 euros. Se señala que se celebraron para «establecer estrategias temáticas» o para «definir el storytelling» entre Escudero, Miller y Rykkja. Lo curioso es que fue en Burgos, en la misma ciudad donde tenían la oficina y tres personas que cobraban más de 160.000 euros al año por su trabajo (casi 76.000 Escudero, 50.000 la empresa de Miller y 36.600 la de Rykkja).

En marzo hubo una delegación mixta (política y miembros de la Fundación) que asistieron en Bruselas al acto celebrado con motivo de los 25 años de conmemoración de las capitales culturales. La delegación cenó en el mismo hotel en el que se alojó y eso costó 312,50 euros. Incluyó ocho capuccinos cobrados a ocho euros cada uno y 14 cervezas, además de vino y, claro, la comida. Nada extraño en un hotel y siendo un grupo (no queda claro de cuántos, pero al parecer eran 8 personas). Lo que sí llama la atención es que se pasara la VISA para pagar siete copas (seis gin-tonics y un ron con Coca Cola) por valor de 79 euros.

En abril hubo dos nuevas comidas. Una con los alcaldes de dos municipios para «la incorporación de sus ayuntamiento  a la Fundación», que tuvo un coste de 235 euros e incluyó setas, cordero y rodaballo, y otra por valor de 181 «para la posible incorporación de empresas» al proyecto. Eso sí, en aquella ocasión se comió el menú del día (para 10 personas, por más señas).

En mayo una nueva comida en Burgos de las personas contratadas por la Fundación, regada con una botella de vino de 34,50 euros, costó 131 euros (Escudero, Miller y Rykkja) y así continuó (con cantidades mucho más modestas y menor frecuencia) hasta finales de noviembre, cuando Escudero (que en muchas de las facturas figura como el titular de la tarjeta) es invitado a dejar 2016. Aún así, se pasaron más de 1.300 euros en cargos de VISA que no se han justificado con facturas.

Coche y chófer

Pero lo reflejado no es lo único que le chirría a Intervención. Señala también que en la contratación del personal para la Fundación no se respetó la Ley vigente para «garantizar que la misma se ajusta a los principios de libertad de acceso a las licitaciones, publicidad y transparencia de los procedimientos y no discriminación e igualdad de trato entre los candidatos». Y eso a pesar de que constan las actas en las que el Patronato, en el que se sentaban todos los grupos con representación municipal por entonces, refrendaron esos contratos.

Y, por último, una cuestión llamativa y, además, cuantiosa. El Ayuntamiento prestó un vehículo oficial y un chófer a la Fundación para ser utilizado por sus miembros cuando acudieran a actos o reuniones relacionadas con la candidatura. Según intervención, el movimiento de ese coche supuso un coste de 30.000 euros, por lo que entiende que esa cantidad debió detraerse de la subvención de 200.000 euros dada por el Consistorio a 2016 para su funcionamiento.

Con esa salvedad, que se señala de manera explícita al final del informe, la ‘fiscalización’ de la subvención de 200.000 euros a la Fundación 2016 correspondiente a 2011 se justifica, según Intervención, en 196.381 euros. Pero eso ocurre teniendo en cuenta que las comidas entre compañeros de trabajo y las copas en Bruselas, por ejemplo, se han entendido como gastos subvencionables.