Los arquitectos sopesan atraer a otras profesiones a sus protestas

J. Maiques / Burgos
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Denuncian que el Anteproyecto de Ley de Colegios y Servicios Profesionales pone «en peligro» a su gremio, «cruje» a los aparejadores y hace un gran daño a los farmacéuticos

Los arquitectos salieron a protestar ayer en Burgos y en el resto de provincias de la región. - Foto: Rodrigo Mena

El Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla y León (Coacyle) continúa con su pelea por parar el Anteproyecto de Ley de Colegios y Servicios Profesionales y ayer volvió a escenificar ese enfado con una concentración en la terraza de la sede ubicada en la avenida de la Paz. El presidente del colectivo, Álvaro Díez, indicó que sin grandes algarabías en la calle, más bien desde un trabajo interno, seguirán mostrando su descontento. Incluso admitió que «es posible» buscar apoyo en otros colectivos profesionales también castigados por esta norma.

En este sentido, apuntó que si ellos se ven perjudicados por este cambio que quiere aplicar el Gobierno, «a los arquitectos técnicos los cruje más que a nosotros y a los farmacéuticos también les hace mucho daño».

Si al hablar de esta situación que se avecina Díaz se mostró muy contrario, sí abrió una puerta a que se pueda negociar que no sea necesario para poder trabajar que un arquitecto esté colegiado.

En cualquier caso, Díaz centró su discurso en defender que un ingeniero de caminos no tiene la misma preparación que un arquitecto para construir un edificio, un colegio o una iglesia. Entre otras cosas, tal y como apuntó, porque «nosotros hemos estudiado en la universidad asignaturas como urbanismo, estética, composición, historia del arte, de la aquitectura...».

En este sentido, apuntó que «arquitectura y construcción no son lo mismo» ya que una cosa es poder levantar una edificación, algo que ahora está al alcance con las herramientas informáticas que existen, y otra muy distinta tener la preparación que ellos tienen.

La concentración, que se repitió en las nueve provincias de la región, culminó con la lectura de un manifiesto en el que participaron el colegiado más veterano, Francisco Javier Gaya, y Loreto Navarro, una de las más jóvenes.

En la lectura del escrito, que se entregó después del acto en la Subdelegación del Gobierno, los profesionales defendieron el derecho a «una arquitectura ejercida en términos de calidad, responsabilidad y utilidad social».