La hora de la calculadora

Jorge A. López / Burgos
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El desastroso final de temporada del Mirandés, con 3 puntos de los últimos 18 sumados, obliga a los rojillos a ganar en el Anxo Carro (sábado, 18.30 horas) o entrar en una espiral interminable de posibles combinaciones

El capitán, Iván Agustín, lamenta la oportunidad perdida a la conclusión del encuentro ante el Hércules. - Foto: Luis López Araico

Era 20 de abril, el Mirandés había ganado el sábado a Las Palmas (2-1) y, con 47 puntos, veía la fase de ascenso cercana, a 4 puntos. Había logrado un colchón sobre el descenso a Segunda División B suficiente, 7 puntos, para pensar en un final de temporada tranquilo y se habló de la necesidad de ganar cinco de los siete partidos pendientes para disputar la lucha por el ascenso a Primera División, el objetivo según Terrazas.
Había tanta confianza en un final de temporada tranquilo que incluso el presidente Alfredo de Miguel anunció la renovación del entrenador; el técnico se permitió el lujo de alinear a su tercer portero durante cinco partidos consecutivos pese a no tener problema alguno Francisco Prieto y Dani Jiménez y se realizaron experimentos de dudosa garantía como alinear a Barahona de lateral y Malón de central para, quizás, no dar entrada en el once a jugadores que estaban cercanos a la renovación automática por número de partidos disputados, como Txomin Nagore. Sí acabó jugando Koikili, pero lo hizo obligado por la lesión de Borja Docal. Gozaban los rojillos de una diferencia que hacía pensar en unas cábalas casi imposibles para no vivir un final de temporada tranquilo. Unas cábalas que se han cumplido y sitúan al Mirandés al filo del abismo y ya sin ningún margen de error. 
Seis jornadas después la realidad del Club Deportivo Mirandés es muy distinta a la que en aquel momento ni los más pesimistas podían imaginar, ya que el sábado (18.30 horas) acudirá al Anxo Carro con la necesidad de ganar para evitar abandonar el fútbol profesional. El Mirandés, desde aquel triunfo sobre los canarios, ha sumado únicamente 3 de los 18 puntos en juego (empates ante Córdoba, Sabadell y Sporting) y la pujanza de sus contrincantes le han llevado a jugárselo todo a una carta en el partido final. Para más dificultad, el empate podría no valer y el rival, el Lugo, necesita puntuar porque tampoco tiene asegurada la permanencia.
La cuenta más sencilla para el equipo de Terrazas es ganar. Un triunfo supondría decir adiós definitivo al mal sueño que está siendo el final de temporada, en el que la afición ha perdido la ilusión por su equipo y en Anduva se vivió cierta resignación tras caer ante el Hércules, un equipo que no ganaba un partido desde primeros de marzo. No será sencillo lograr el triunfo por la necesidad que también acucia al Lugo y por las múltiples bajas que tienen los mirandesistas en defensa.
En el peor de los extremos, el Mirandés podría salvarse incluso cayendo derrotado en Lugo. La salvación llegaría pese a la derrota en caso de que ni Girona ni Real Madrid Castilla ganen sus partidos o, en caso de que alguno de los dos lograse el triunfo, si el Jaén y el Alavés empataran. Si el Mirandés pierde y merengues y catalanes vencen, el resultado de La Victoria sería intrascendente, dando con los huesos de los rojillos en Segunda B automáticamente, sin mirar más resultados.
 
Con empate, un galimatías.
Tras el partido ante el Hércules muchos seguidores especulaban con que un empate en Lugo salvaba a ambos equipos. A los de Quique Setién seguro que sí, pero no así a los de Terrazas, que podrían encontrarse con unas combinaciones rocambolescas. Hay posibilidades incluso de un quíntuple empate a 51 puntos (Girona, Mallorca, Mirandés, Ponferradina y Alavés o Jaén) y varias combinaciones de 4 y 3 equipos igualados a puntos. Solo el quíntuple empate garantiza la salvación, mientras que el resto de cábalas valdrían o no en función de los resultados en otros estadios o de los equipos implicados en esos empates clasificatorios múltiples.
El Mirandés se salvaría en caso de que cuatro equipos terminaran la Liga Adelante con 51 puntos siempre que la Ponferradina estuviera entre ellos, es decir, que los bercianos pierdan en Las Palmas. Todo cuádruple empate sin la Ponferradina entre los implicados llevaría al Mirandés a Segunda B.
En los triples empates el factor determinante sería la presencia en ellos del Girona. Si los gerundenses igualan con el Mirandés, los de Terrazas necesitaría derrotas de otros rivales directos, mientras que sin ellos en la cábala, el Mirandés salvaría la temporada.
En cualquier caso, pactar un empate parece una realidad altamente improbable, ya que a los rojillos no les asegura absolutamente nada.
En última instancia, en caso de igualdad a puntos, sea con 50 ó 51 puntos, el Mirandés tiene ganado el average particular a Alavés, Real Madrid Castilla, Ponferradina y Jaén, pero lo perdió con Girona y Real Mallorca. En cualquiera de estos casos, no obstante, sería más importante el resultado del resto de campos que el puesto resultante de dicho empate a puntos.
 
Rivales.
Los partidos de la última jornada en Segunda B con objetivos en juego se disputarán desde las 18.30 horas y, en lo que respecta al Mirandés, hay cinco partidos además del suyo que pueden resultar trascendentes. Todos tienen su dificultad, aunque quizás pueda ser el Girona quien más fácil tenga lograr los puntos, siempre con matices.
Y es que el equipo de Machín es de los pocos que juega en casa y, además, recibe al Deportivo de La Coruña. Pese a la entidad del rival, los gallegos llegan al partido con el ascenso a Primera amarrado y sin la motivación de jugar ante su parroquia. Aún así, los deportivistas aspiran aún al liderato final de Segunda, ya que están un punto por detrás del Eibar.
El más dramático de los partidos en juego es el que medirá al Real Jaén y el Alavés. Ambos saben que solo les vale ganar y que ni siquiera los 3 puntos les garantizan la permanencia. Además, las relaciones entre ambos clubes son tensas tras medirse la temporada pasada en la fase de ascenso.
Por último, tanto Ponferradina como Mallorca y Castilla juegan a domicilio. Y ante equipos en plena lucha por entrar en la fase de ascenso a Primera. Los bercianos se desplazan a Las Palmas, el Mallorca al feudo del Córdoba y los merengues se la jugarán en Murcia.