Lienzos de color para contar la vida

F.V.R. / Miranda
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La pintora burgalesa Sara Fuentes muestra su obra de óleos y acrílicos hasta finales de junio en la Casa de Igualdad • Sus cuadros son una paleta que resume situaciones cotidianas

Fuentes ha pintado así la Plaza Mayor de Salamanca en una incursión nocturna. - Foto: F.V.R.

Por su trazo parece toda una ‘veterana’ del arte, aunque su voz, una alegre por cierto, deja muy claro su juventud. Sara Fuentes Gil-Cuartero vuelve a acercar sus pinceladas a Miranda, tras presentarse en el bar Tangente, y lo hace en la Casa de Igualdad con una muestra llena de color y de belleza que puede disfrutarse hasta el 30 de junio.

El color inunda toda su obra, y aunque en la ciudad solo podrán contemplarse 15 de sus cuadros, vale la pena pasar un rato contemplando sus pinturas en óleos y acrílicos. «Me encanta el color, aunque todo ha ido evolucionando y he cambiado. Antes era como más clásica, más detallista; ahora mi trabajo es más expresivo, utilizo colores más cálidos, porque siento que tienen más vibración», describe, con soltura.

Su trabajo está abarrotado de paisajes y personas pero, sobre todo, de momentos y lugares que la propia artista ha vivido y que con el tiempo han saltado de la imagen al pincel. «Me gusta recordar los sitios donde he estado y con las personas con las que los he compartido. No solo se trata de pintar a mi madre, que también, sino de pintar a gente común que pasea por la calle, que está pintando o músicos», cuenta.

La burgalesa no se desprende ni de sus pinceles ni de sus pinturas, pero mucho menos de su cámara de fotos. Así es como capta esas imágenes que luego quiere convertir en cuadros, aunque como reconoce, «de lo que saco a lo que pinto, en algunas ocasiones, hay un mundo», dice.

La cámara se convierte, así, en el primer boceto del cuadro. «Muchas veces ni siquiera pinto de inmediato sino que lo dejo y luego lo recupero», explica.

Un viaje a París junto a su padre, al que perdió hace poco tiempo, la marcó y, ahora, lo está reviviendo en sus cuadros. Allí, en la capital de la luz, Fuentes reconoce que «todo se puede pintar» y que esa travesía, junto a otra que hizo a Roma, la han cambiado.

Tiene 25 años, pero lleva toda la vida pintando. Empezó de pequeña con las láminas de paisajes que le compraba su madre, aunque el tiempo la ha hecho madurar y también a su visión sobre el arte. Es licenciada en Bellas Artes y se encuentra en plenas oposiciones para profesora de Artes Plásticas en secundaria. «A mí me gusta pintar, pero es muy enriquecedor enseñar y ver cómo los niños y los adolescentes van descubriendo este mundo», señala.

Para Fuentes, los trabajos están influenciados también por el momento del día y por el sitios donde se pinte. «Si tienes más o menos luz, en el lienzo se nota», señala.

El arte está como el país para esta burgalesa. «Está difícil y tampoco se valora. Muchos aún la consideran una afición en lugar de un trabajo», estima, para luego agregar que al igual que en otras profesiones, trazarse metas en lo suyo es más que complejo. «Acabas la carrera y no sabes por dónde tirar, hay opciones pero es complicado acertar».

Los mirandeses podrán ver en su obra paisajes, pero sobre todo una serie de personas haciendo cosas, hay músicos, fotógrafos, gente caminando por la calle... es un retrato urbano, prolijo y, también, optimista, donde no hay poses, pero sí mucho color y fuerza.