«Las subvenciones alimentaron artificialmente el tráfico aéreo»

Pablo Álvarez / Valladolid
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PERE SUAU • Prof. de Gestión de Transporte Aéreo Universidad de Cranfield (Reino Unido)

El aeropuerto de Valladolid forma parte de la base militar del Ejército del aire con sede en Villanubla. En 1938, se inauguró el aeropuerto y estrenó la terminal de pasajeros en el año 2000.

¿Ve futuro para cuatro aeropuertos que existen actualmente en Castilla y León?

Castilla y León tiene 2,5 millones de habitantes, en otras palabras, hay un aeropuerto por cada 625.000 personas. Es muy difícil sustentar cuatro aeropuertos con un mercado local de este tamaño y aunque el turismo pueda ser importante en algunas ciudades de Castilla y León, éste no tiene el peso que tiene en otras regiones de España. Hay más de los que puede sustentar la región, así lo demuestran los datos económicos. Todos ellos tienen un Ebitda negativo y acumulan una deuda superior a los 300 millones de euros.

¿En qué medida un aeropuerto puede contribuir a estructurar el territorio tan poco poblado como Castilla y León?

En las grandes regiones metropolitanas los aeropuertos generan tanta movilidad regional como una ciudad de tamaño medio. Sin embargo, si la actividad del aeropuerto es casi inexistente como en el caso de Burgos, Salamanca y León esa estructuración no puede tener lugar, pues no hay ni actividad aeronáutica ni actividades asociadas alrededor.

¿Qué soluciones se pueden plantear?

Los aeropuertos de Burgos, Salamanca y León juntos apenas llegan a los 100.000 pasajeros, teniendo en cuenta que tienen un resultado de explotación negativo y que Valladolid aún tiene capacidad para absorber pasajeros, podría tener sentido concentrar las actividades en Valladolid, para conseguir mayores economías de escala, evitar la competencia interna entre aeropuertos dentro de la región y concentrar el tráfico en la ciudad que tiene mayor capacidad de generarlo.

¿Después de las inversiones, qué destino podría darse a esas instalaciones al margen del tráfico aéreo comercial?

Los aeropuertos cerrados al tráfico aéreo comercial pueden ser utilizados para otros fines. Aeropuertos en situaciones similares de poco tráfico, como Huesca o Lleida, han apostado por convertirlos en espacios para el mantenimiento de aeronaves y su estacionamiento durante las temporadas de invierno, cuando las aerolíneas no suelen utilizar la totalidad de su flota. En el Reino Unido, también existen casos de aeropuertos que sirven como pistas de pruebas para fabricantes de coches.

¿En qué medida han influido las compañías aéreas de bajo coste en el boom de los aeropuertos españoles de la pasada década?

Es cierto que existió un boom de compañías de bajo coste, sin embargo, las aerolíneas no son las que construyen y dimensionan los aeropuertos. Es el gestor, Aena, y el Estado, como propietario de Aena, quien tomó las decisiones de sobredimensionar la capacidad aeroportuaría en España. Por otro lado, es importante no olvidarse que las regiones tuvieron gran parte de culpa en alimentar artificialmente el tráfico dando subsidios a las aerolineas, muchas veces de manera desorbitada. En Castilla y León, entre 2007 y 2011, se destinaron 84 millones de euros provenientes de fondos públicos para acuerdos publicitarios.