Tres municipios exigen que Urraca 2 y 3 se sometan a impacto ambiental

A.C. / Medina de Pomar
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Los ayuntamientos de Medina, Trespaderne y Tobalina coinciden en la «escasa» información que facilita la documentación ambiental presentada por la empresa promotora del proyecto

Los ayuntamientos temen impactos medioambientales y paisajísticos, entre otros. - Foto: A.C.

La documentación ambiental relativa a los pozos de investigación Urraca 2 y Urraca 3, promovidos por la empresa Trofagas Hidrocarburos para explorar las existencias de gas metano -gas natural- en el subsuelo, ha sido contestada por tres de los cuatro ayuntamientos que podrían verse afectados por estos dos primeros sondeos. Los ayuntamientos de Medina de Pomar, Trespaderne y el Valle de Tobalina exigen al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que el proyecto se someta a una evaluación de impacto ambiental. El único afectado que no se ha pronunciado en el plazo, que acabó el pasado viernes, ha sido el Consistorio de la Merindad de Cuesta Urria.

Los tres alegantes coinciden en la «escasa» información que la Documentación Ambiental aporta, dado que no concreta en qué punto exacto se prevén ejecutar los pozos y solo indica una gran extensión de terreno que toca una gran parte o a la totalidad de los tres municipios. Trofagas proyecta ejecutar sendos pozos de una profundidad superior a los 4 kilómetros y ocupar para cada plataforma una superficie de 13.500 metros cuadrados, donde se ubicarían todas las instalaciones exteriores. Los ayuntamientos también critican que no explique con detalle ni los productos químicos que utilizará ni el sistema de tratamiento de las aguas residuales que la búsqueda de gas generará.

Los ayuntamientos temen impactos, sobre todo, debido al consumo de agua, dado que el proyecto requerirá, solo en esta primera fase de investigación el uso de 34.000 metros cúbicos de agua. Todos los consistorios advierten de la escasez que ello podría suponer para sus poblaciones, sobre todo en verano, si el agua se obtiene del río Ebro y Jerea, como propone el proyecto, o del abastecimiento de Medina. El proyecto también habla de la utilización de acuíferos, pero no concreta cuáles, por lo que los municipios desconocen como les afectará.

El Ayuntamiento del Valle de Tobalina va más allá y se refiere incluso a la actividad sísmica que «numerosos estudios certifican en zonas consideradas de baja actividad sísmica en las que se realizan fracturaciones hidráulicas... en un radio de unos 4 kilómetros desde el lugar donde se localiza el pozo». Por ello, el municipio exige que se respete esta distancia a la central nuclear de Santa María de Garoña, dado que «cualquier pequeño movimiento de tierra incontrolado podría provocar una catástrofe de enormes dimensiones».

Las afecciones al paisaje, al potencial turístico de la comarca por el impacto que las plataformas de búsqueda de gas podrían provocar, los ruidos o el tráfico pesado son otros de los motivos que alegan los consistorios para exigir que los sondeos Urraca 2 y Urraca 3 deban superar una exhaustiva evaluación de impacto ambiental. «No queremos decir sí con los ojos cerrados, sobre todo, queremos más información», señala el alcalde medinés, José Antonio López.

Nueva ley

Mientras, desde la firma Trofagas Hidrocarburos, filial de BNK Petroleum, han explicado a DBcomo el pasado 19 de abril, el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de la nueva Ley de Evaluación de Impacto Ambiental, pendiente de aprobación definitiva. En el acuerdo se decía que «la futura ley someterá a evaluación todos los proyectos que requieran la utilización de técnicas de fracturación hidráulica o ‘fracking’ para la extracción de hidrocarburos». Así pues, la empresa afirma que, con toda probabilidad, estos sondeos pasarán por evaluación de impacto ambiental. El permiso Urraca le permite realizar hasta nueve pozos de investigación. Para estos dos primeros, la firma calcula que la tramitación ambiental se alargará dos años.