Denuncia a un vecino en el G-3 por matar a su gata de un disparo

I. Elices / Burgos
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Se trata del inquilino de un chalé de la calle Pessac (frente al río Vena), que usó una carabina del 22 cargada con postas. El animal abatido cayó a la calle desde una tapia

Los dueños fotografiaron a la gata después de morir. - Foto: DB

Maga era la gata de María del Carmen Moreno. El domingo por la mañana murió, y no de cualquier manera. Un vecino la mató de un disparo certero que le atravesó la garganta, al parecer utilizando una carabina del calibre 22 que cargó no con simples perdigones sino con postas de mayor tamaño. Ella y su marido no vieron la escena, se la describieron los viandantes que observaron cómo el animal caía de la tapia abatido y se arrastraba por la acera antes de expirar.    

Todo ocurrió en la calle Pessac, una tranquila urbanización de chalés situada entre el barrio del G-3 y el río Vena. El matrimonio ha denunciado los hechos en la Comisaría, pues conocen a ciencia cierta quién ha sido, un vecino suyo con el que ya habían mantenido alguna otra disputa. Saben que es dueño de varias armas de fuego y que había sido un experto tirador. Blanco y en botella, sobre todo porque ya les había advertido que no le gustaba que su gata pasara a su patio. Ahora la Policía debe investigar la circunstancias en que se produjo la muerte y actuar en consecuencia, pues el autor sería culpable, presuntamente, de un delito de maltrato animal.

Uno de los testigos, quien escuchó el disparo y vio a la gata morir, se dirigió hacia la verja desde donde cayó al animal y recriminó al dueño del chalé su acción. Pero este negó ser el autor del tiro. Los propietarios de Maga, tras conocer los hechos de boca de sus vecinos, telefonearon a la Policía Nacional, que envió hasta allí tres dotaciones. Llamaron de forma insistente al timbre del presunto autor del disparo, pero no contestó. No obstante, quienes se encontraban en la acera sabían que nadie había abandonado la vivienda, de lo que «se deduce que tenía y tiene algo que esconder».

La muerte de esta gata es la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de unos vecinos que han «pasado por alto» otras ‘afrentas’. Por ejemplo, el hecho de que esa persona tiene una cámara de vigilancia apuntando directamente a su casa o que antes de este suceso, para asustar al animal, colocó un tablero con puntas sobre la tapia por la que Maga solía colarse hacia su patio. «Ella pasaba por allí, no se quedaba en su casa, paseaba por todo el vecindario», afirma María del Carmen Moreno, para añadir que era totalmente «inocente» y «confiaba en la bondad de los humanos». «No contaba con que hay personas que odian a los animales y a sus dueños», afirmó.

«Estamos muy asustados», confesaba ayer a este periódico, «porque no dejará de ser una persona que tiene armas en casa». «Además, esta vez ha disparado a un animal, pero y si dentro de unos días se le ocurre hacer lo mismo y le acierta a alguno de los niños que frecuentan este parque (la ribera del Vena)», señalaba.

Los dueños del animal han repartido una nota entre sus vecinos -con la foto de la gata- en la que describen los hechos acaecidos el domingo y en el que califican al presunto autor del disparo de «cobarde, ruin y desalmado».

Asimismo, han hecho llegar la denuncia hasta la Asociación Protectora de Animales y Plantas de Burgos, hasta donde ayer llegaban numerosos comentarios de personas condenando los hechos y solidarizándose con esta familia.

La Policía Nacional, por su parte, ha iniciado las diligencias oportunas para investigar el caso. En los próximos días prestarán declaración como testigos los viandantes que vieron la acción.