Si no se cubren las bajas por jubilación ni se convocan nuevas oposiciones, la plantilla del Ayuntamiento va menguando cada vez más y son menos los empleados deben hacer el mismo o más trabajo, lo que repercute directamente en la calidad del servicio público. Preocupa especialmente la categoría de funcionarios, con una de cada cuatro plazas sin cubrir. La imposición por parte del Gobierno central de la tasa de reposición durante los años de crisis y la tardanza en la convocatoria de los procesos de selección han provocado que haya caído en picado a pesar de ser la espina dorsal de la institución.
La totalidad de la plantilla de funcionarios debe estar conformada por 766 plazas, de las que están ocupadas 592, de modo que las vacantes ascienden a 174, según se desprende de la memoria de recursos humanos que acompaña a los presupuestos de 2018. Es llamativa la situación de la escala de administración general, que suma 195 vacantes y están cubiertas 138. Se trata de puestos importantes para sacar adelante el trabajo administrativo, que ha aumentado considerablemente tras la mejora de la situación económica y la llegada de más inversiones municipales.
De esas 57 vacantes, 16 son de la subescala técnica, 16 de técnicos de administración general (TAG), 13 de la subescala administrativa y el resto de la subescala auxiliar. Precisamente, el año pasado se rescindió el contrato a los TAG interinos para que entraran las personas que habían aprobado la oposición, pero quedaron puestos vacantes que no se han cubierto. Tampoco hay bolsa porque los integrantes de la misma se han marchado a la Diputación, que sí les ha hecho un hueco, y algunas plazas se han ocupado con el Plan de Empleo Local, aunque solo durante seis meses.
Tampoco es baladí la falta de técnicos superiores. Por ejemplo, de las 11 plazas de arquitecto están cubiertas seis o de las tres de economista, solo una. También urge cubrir dos de aparejador o arquitecto técnico y dos más de técnicos en gestión económica financiera.
En la Policía Local y los Bomberos llevan tiempo saltando las alarmas. En el primer caso la plantilla está compuesta por 274 agentes y hay 233, de modo que quedan 41 vacantes (28 de agentes, una de mayor, 3 de inspector, 2 de subinspector y 7 de oficial). A ello se suma la posibilidad que se ha abierto en este cuerpo de poder jubilarse a los 60 años, una situación que afecta entre este ejercicio 2018 y el que viene a un total de 44 agentes.
En el Servicio de Extinción de Incendios debiera tener 112 bomberos pero hay 93, quedando 19 plazas sin cubrir. Además, también está afectado por el envejecimiento de la plantilla. De hecho, tanto miembros del equipo de Gobierno como de la oposición claman por la convocatoria de oposiciones en ambos cuerpos de manera inmediata (no han salido a concurso todavía las correspondientes a 2017).
El Ayuntamiento no tiene ninguna traba para cubrir el cien por cien de las vacantes en todos los sectores. El año pasado cumplió con los ratios de estabilidad presupuestaria, deuda y regla de gasto e, incluso, se podrán incrementar nuevos efectivos por un 8% del equivalente a la tasa de reposición en sectores o ámbitos que se considere que requieren un esfuerzo adicional, según ha informado la Federación Española de Municipios y Provincias en una circular.Sin embargo, no es fácil poner en marcha la maquinaria administrativa.
también menos laborales. La situación no es más halagüeña entre el personal laboral. Si se suman funcionarios, laborales, fijos discontinuos, trabajadores de Autobuses, Deportes, Escuela de Relaciones Laborales y Sociedad de Promoción, la plantilla asciende a 1.438, de los que solo 1.131 plazas están cubiertas. El resto, 307, figuran como vacantes, unas pocas están ocupadas por interinos y otras no lo han estado nunca.
Preocupa sobre todo la reducción en Deportes, la de Brigada de Obras o Almacenes Municipales. «Por ejemplo, antes en una piscina había 4 trabajadores y ahora hay uno, mientras que en la Brigada de Obras las cuadrillas se han reducido tanto que varias se tienen que fusionar en una o se han perdido los trabajadores especializados como pintores, soldadores o carpinteros. También hay secciones que llegas y no hay personal, solo mesas vacías», indica Marcos Citores, delegado de CCOO.
Esta situación ha obligado a externalizar servicios que podrían haberse realizado con personal propio. En su opinión, sería necesario incrementar la plantilla municipal en un 15% para prestar el servicio de manera adecuada. «Al final, la crisis ha traído una especie de ERE en la administración. Los trabajadores se han marchado porque se han jubilado y las plantillas se han ido reduciendo porque no ha entrado nadie, a lo que se suma el envejecimiento de las mismas. Por ejemplo, en el personal laboral la edad media es de 50 años», señala.
Paralelamente, se trabaja en la estabilización de las plazas de Autobuses y Deportes a través de procesos de selección y se ha aprobado la relación de puestos de trabajo con la creación de una treintena de plazas nuevas. La concejala de Personal, Carolina Blasco, dijo que en septiembre se comenzará a negociar la oferta de empleo de 2018.