Tras seis meses en la UBU como estudiante de intercambio en el marco del convenio suscrito con la Universidad de Boston, el 20 de junio volverá a su ciudad. Lo hará tras haber finalizado sus estudios de Humanidades y con la satisfacción de trabajar en Nueva York los dos próximos años como profesor en una escuela para niños con bajos recursos.  

De su etapa aquí, destaca que se ha sentido «como en casa» dado que tanto Burgos como su ciudad «son muy antiguas». Donde sí ha notado más diferencias es en el sistema universitario: «Allí tenemos escuelas en vez de facultades y contamos con un departamento dentro de la escuela. Pero además, en Estados Unidos no estamos siempre con los mismos alumnos  durante todo el curso y eso es algo que me ha resultado curioso, aunque me ha gustado». Igualmente, resalta la «amabilidad» de sus compañeros y profesores. De estos últimos, incluso destaca a dos por el apoyo que le han brindado:Pedro Ojeda, en Filología, y Raúl Urbina, en Lingüística. 

Por otro lado, a este estudiante americano le sorprende que en nuestro país prime tanto la «memorización» y haya  tal «cantidad de temas». «Nosotros nos centramos más en la síntesis de ideas propias. Ylos profesores dependen mucho de los estudiantes para contribuir a la discusión y conversación académica, pero aquí es el profesor el que manda y el que habla. Y eso lo echo de menos». 

Krawec está viviendo desde que llegó en la Residencia San Agustín y comenta entre risas cómo «los estudiantes aquí salen a todas horas y todos los días». Él, en cambio, dice que apenas ha salido:«Me tomo muy en serio mi educación».

En este tiempo reconoce que ha mejorado mucho su nivel de español, aunque le ha costado un poco adaptarse al  vocabulario y el acento.   

Dado que le encanta viajar, confiesa que le  gustaría hacer el Camino de Santiago el próximo año. Y en el futuro, sueña con trabajar en la reforma educativa de Latinoamérica. «Fui a Méjico en 2012 y me gustaría poder contribuir a cambiar el sistema educativo indígena», concluye.