El rey de la pintada: hombre, inmaduro y depresivo

Gadea G. Ubierna | Burgos
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El grafopsicólogo y perito José Guillermo Pastor interpreta algunas de las firmas que más se repiten en tapias y puertas de la capital para conocer a los autores

Es muy probable que las personas que se esconden detrás de la palabras Goz y Gozando, Owned, One o incluso detrás de Arzs! se llenen de orgullo al comprobar o al ser informados de que su habilidad en el uso vandálico de los aerosoles ha llegado hasta las páginas de este periódico. Esa notoriedad es, de hecho, uno de sus objetivos a conseguir.

Al menos, así lo afirma el grafopsicólogo y perito judicial José Guillermo Pastor, que lleva ejerciendo 20 años y fue el responsable de analizar ante el juzgado la autenticidad de los denominados ‘papeles de Bárcenas’, entre otros muchos asuntos. «Desconozco el intervalo de tiempo que separa cada fotografía, pero se trata de una persona a la que le gusta llamar la atención y, según mi sentido empírico, diría que va aumentando el nivel de riesgo para que lo pillen», explica Pastor en conversación telefónica y matizando que a esta conclusión se puede llegar al comprobar que Gozando ha llegado a encaramarse al tejado de la iglesia del Carmen para dejar su rastro. Es de suponer que esa imagen, tomada en agosto del año pasado, es la obra culmen de este, casi seguramente hombre, que tiene una larga trayectoria de vandalismo a las espaldas. También en agosto  hizo méritos Owned en la calle La Puebla, en la mediana del edificio de la antigua Comandancia de Obras. «De todas las fotografías se deduce que es una persona con la autoestima baja, que se sirve del riesgo como herramienta para afianzarse; algo que se deduce de los lugares que escoge y del tipo de gracia realizada», puntualiza el grafopsicólogo.

La aseveración de que quien responde al nombre de Goz o Gozando, Arzs! o cualquier otro sean varones es otra de las deducciones a las que llega Pastor por varios motivos. Uno de ellos es que, tal y como explicaban a DB hace unos días otros burgaleses que han sido capaces de hacer del grafiti arte, en este mundillo y en una ciudad como Burgos, todos se conocen. Y el ir rociando paredes por doquier con una firma de tamaño cada vez más grande hace pensar que se trata de alguien con interés en destacar entre sus iguales. Y ese, asegura el grafopsicólogo, «es un comportamiento más propio de hombres que de mujeres». Y se explica. «Las mujeres no compiten por el tamaño de sus genitales y los hombres sí; para ellas no existe esa necesidad de reafirmarse. Entonces, el tamaño de las firmas hace pensar en comportamientos más primitivos y las formas ampulosas, los subrayados o que haya más puntos por debajo que por arriba hace pensar en un hombre más que en una mujer», continúa.

La relevancia del tamaño de la grafía se deduce mediante unos programas informáticos que permiten establecer una proporción con el espacio –marquesina, muro, puerta o farola- en el que se encuentre. Un instrumento que también le ha permitido concluir que esta profusión de colores no es solo cosa de adolescentes con ganas de irritar al vecindario. «A lo mejor no es tan joven como parece… Yo me atrevería a decir que es una persona de entre 25 y 30 años, pero muy inmadura, incluso introvertida. Este tipo de grafitis, en general, responden a un proceso compulsivo de autoafirmación», afirma el experto. Pero hay otros elementos de índole psicológico que le permiten avanzar que no se trata tanto de adolescentes por edad como de madurez alcanzada. Por ejemplo, explica que lo habitual es que un chico de 13 o 14 años no haya tenido tiempo material en su vida de deprimirse, y en estas grafías, en cambio, se aprecia «tendencia depresiva y falta de autoestima». ¿En qué? «En los rasgos descendentes y cóncavos», contesta el experto.

El contexto

Pero tampoco este matiz puede analizarse sin tener en cuenta el contexto; esto es, el tamaño de la pintada o el lugar, que vuelve a dar una idea del ansia de autoafirmación o de la relevancia que desea adquirir el autor. Algo así como ‘dime de lo que presumes y te diré de lo que careces’. «En los grafitis, las partes componen el todo y con más información acerca de la cronología de estas fotografías o con datos acerca de los intervalos entre una imagen y otra y, sobre todo, com más tiempo de dedicación, se puede extraer una descripción muy precisa de la persona que está detrás», apunta. Tanta, que algunos conocidos policías de ciudades como Salamanca han llegado a pedirle ayuda para identificar a autores de pintadas y grafitis vandálicos, algo determinante a la hora de atribuir responsabilidades.

Pero a juicio de Pastor, de estas  fotografías todavía es posible extraer algo más: «El sello es muy medido, es muy probable que sea el mismo en varias de las imágenes». Una afirmación de la que se deduce que, si se diera con el autor, se podría librar a la capital de una buena cantidad de suciedad. Al menos por un tiempo.