La calle más comercial de la capital burebana es Justo Cantón, que arranca en la Plaza Mayor y acaba en la avenida Príncipe de Asturias. Se extiende a lo largo de 200 metros y cuenta con 15 pequeños comercios activos que hasta hace poco han convivido con otros 6 recientemente cerrados. El lado con más locales es el derecho, es decir, el que está enfrente del colegio público. La crisis en el bolsillo de los briviescanos está haciendo mella en el sector pero todavía hay quien se atreve a subir la persiana.

Esta misma semana ha abierto sus puertas en el número 15 el primer sexshop de la ciudad y también de la comarca. El negocio lo impulsa María del Carmen Montero, una vallisoletana afincada en la capital burebana hace cuatro años. En su opinión, en la ciudad hay mercado para sus productos aunque explica que también se apoyará mucho en la venta online. En su web hay 7.500 artículos disponibles. El establecimiento se llama Mundolujuría y también vende cigarrillos electrónicos.

En estos primeros días de actividad lo que más se ha llevado el público son preservativos, vibradores y lubricantes. Y las bolas chinas se le han agotado. Montero empezará a realizar sesiones de tuppersex «porque la gente lo está pidiendo». Ésta es su primera experiencia con los negocios, hasta ahora ha trabajado como asalariada en distintos sectores, y lo afronta con mucha ilusión. «Hay que arriesgarse y yo soy muy positiva», apunta.

Justamente enfrente del sexshop se ubica la tienda más veterana de toda la calle, la armería y cerrajería Freijo. El negocio original abrió sus puertas hace décadas y desde hace 13 años lo lleva Félix Pérez. Él mismo explica que una de las claves de la supervivencia de este establecimiento en medio de la crisis reinante es la diversificación de la actividad y trabajar para toda la comarca.

En el establecimiento se venden artículos de caza, menaje, calzado de monte, trofeos y cuchillería.  Además, afila, coloca cerraduras, abre puertas y copia llaves. Este veterano asegura que muchas cosas han cambiado desde la crisis. Ha bajado la venta de «artículos de capricho» como navajas especiales y ahora el cliente busca en todos los artículos precios más bajos. «Ésta es una buena calle de paso», asegura.

La calle Justo Cantón es, probablemente la que mayor tránsito de la ciudad tiene. No en vano es la más comercial. Hace 8 años sufrió una reurbanización integral que costó casi medio millón de euros. Se levantó todo el pavimento y se eliminaron las aceras a distintos nivel así como buena parte de la zona de aparcamiento de coches que ahora solo se pueden estacionar junto al colegio JuanAbascal. El pequeño comercio local está tocado en Briviesca pero gran parte de él, está consiguiendo sobrevivir con menos ventas y productos más económicos para los ajustados bolsillos de los consumidores.