El azar ha querido que cuando están a punto de cumplirse nueve años desde que se formalizara la enajenación de los terrenos de la carretera de Burgos donde se levantaba la vieja plaza de toros de la capital ribereña, ‘la Chata’, a cambio de la construcción de un nuevo coso cubierto y polivalente, la relación contractual que se estableció entre el Ayuntamiento de Aranda de Duero, propietario hasta ese momento de la parcela, y Toros Ricor, ganadora del concurso que rigió esta operación, esté dando los últimos coletazos. Los responsables de los departamentos de Urbanismo, Festejos y Turismo, José Ignacio Díez, Emilio Berzosa y Alfonso Sanz, acordaron ayer iniciar los trámites para proceder a la rescisión del contrato que vincula desde 2003 al Consistorio arandino con la citada empresa taurina.
La decisión se adoptó en el transcurso de una reunión que los tres responsables políticos mantuvieron ayer con el letrado urbanista y el secretario municipal en la que se comprobó que Ricor no ha hecho efectivo el pago de los 353.000 euros reclamados por la Corporación de la capital ribereña. Este pago era la primera premisa del diagrama de flujo elaborado para guiar la solución global propuesta para el conflicto surgido con el coso. Por esta razón, desde el equipo de gobierno se ha entendido que su incumplimiento es una muestra de que no se acepta su planteamiento y, en consecuencia, no queda otra salida que la resolución del contrato.
El responsable de Urbanismo indicó que la prioridad del Ayuntamiento sigue siendo buscar una salida negociada a este proceso, que entre otras ventajas garantizaría una resolución más rápida a la situación. En este sentido, recordó que el diálogo se puede plantear en un doble sentido, por un lado, y tal y como recogen las cláusulas del contrato, que devuelva los terrenos expeditos al Ayuntamiento, lo que supondría la eliminación de las actuales instalaciones, o por el contrario que se cuantifique el valor de lo ejecutado y se valore lo que aún está pendiente de hacer y, restando uno del otro, se establezca un justiprecio, lo que permitirá que la construcción se mantenga.
POSIBLE JUDICIALIZACIÓN
No obstante, insistió Díez, aunque el equipo de gobierno prefiere la resolución dialogada del contrato, no descartó que el tema pudiera acabar finalmente en los tribunales. «De ser así, no solo la solución se demoraría sin saber hasta cuándo, sino que tampoco sabemos cuál puede ser el pronunciamiento final de los jueces», subrayó.
En cualquier caso, lo que en ningún momento llegó a sopesarse es atender la contrapropuesta realizada la semana pasada por Toros Ricor, solicitando que se le eximiera a hacer los aparcamientos como la mejor fórmula para obtener la licencia definitiva, aunque garantizaba su ejecución. Desde el tripartito se entendió que esta oferta no era más que un paso más en el juego de propuestas y contrapropuestas que se ha vivido en todo este tiempo y atenderla sería entrar en una especie de subasta sobre la mejor solución para el conflicto existente.
Por último, tanto el concejal de Festejos como el de Urbanismo incidieron en que mientras no se proceda de forma efectiva a la resolución del contrato, éste estará totalmente vigente. Algo que supone que la empresa seguirá teniendo la obligación de organizar los festejos taurinos en honor a la Virgen de las Viñas y si, como todo parece apuntar, no puede hacerlo en la plaza cubierta Ribera del Duero, tendrá que instalar un coso provisional como ya ocurrió en 2010. «Hay que subrayar, además, que la no organización de la feria es uno de los más graves incumplimientos de contrato y causa de resolución», recalcó Berzosa.