El Sabadell solo ha ganado un partido fuera de casa en toda la temporada

Raúl Canales / Miranda
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El próximo rival en visitar Anduva es el peor equipo a domicilio de la categoría de plata

Anduva pasará en menos de una semana de ver al mejor visitante de la categoría a recibir al peor equipo a domicilio de Segunda. Girona y Sabadell representan la cara y cruz de la división de plata  fuera de casa. Los primeros han sumado treinta puntos lejos de su estadio mientras que los arlequinados únicamente siete, el registro más bajo de la liga.

En el casillero del próximo rival del Mirandés solo figura una victoria lejos de la Nova Creu Alta, la conseguida en su visita a la Llagostera. Desde entonces, han pasado ya seis meses, una racha que ha condenado al Sabadell a la última posición de la tabla.

La sequía se ha roto parcialmente en los dos últimos compromisos. Aunque no ha logrado ganar, el conjunto catalán  ha arañado dos empates consecutivos en sus dos salidas más recientes, ante Albacete y Girona, lo que anímicamente ha supuesto un revulsivo para un equipo, que pese a seguir colista, ha recortado diferencias con la permanencia.

Sin acabar de despegar, al menos el Sabadell ha logrado meterse de lleno otra vez en la pelea por la permanencia. La reacción comenzó con la llegada al banquillo de Juan Carlos Mandiá, el tercer entrenador, tras las destituciones de Álex García y Miquel Olmo, de una convulsa temporada.

Con el extécnico de Alavés y Hércules, el Sabadell solo ha perdido un encuentro de los siete disputados. La mayoría se han saldado con empates ya que solo ha sumado una victoria en este periodo, pero el equipo transmite otras sensaciones.

El domingo un gol en el descuento del mallorquinista Pau Cendrós le impidió llevarse el triunfo, un mazazo anímico para un equipo que tenía la ocasión de abandonar la última plaza después de mucho tiempo. Y es que  uno de los grandes problemas del equipo de Mandiá es la cantidad de goles en contra que recibe, ya que con 47 tantos, es después del Barcelona B el que más encaja de la categoría, una sangría que el técnico solo ha podido frenar en parte.