Las 3.000 pistas de San Román

I.L.H. / Burgos
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Es el número de piezas halladas en los 5 sondeos arqueológicos tras las huellas de la antigua iglesia, pero no todas pertenecen al templo • El objetivo de la próxima campaña es delimitar el edificio para excavar luego en profundidad

Los seis meses de excavaciones y cinco sondeos para localizar la iglesia de San Román en el cerro del Castillo han servido para confirmar la presencia del templo -la clave de una bóveda con la imagen de un benedictino lo dejó claro-, pero también para recoger restos vinculados a la Guerra de la Independencia y a otras épocas de la historia de la ciudad. En total suman 3.000 piezas entre restos de artillería, objetos de cerámica, monedas, molduras de la iglesia y restos humanos.

«Los cinco sondeos se han hecho en un área diferente buscando distintos objetivos. En los primeros, realizados en las zonas más altas y alejadas de la carretera, hemos encontrado elementos que pueden pertenecer a la fase de poblamiento medieval, y otros dos que están más cerca del asfalto son los que nos han aportado estructuras y materiales pertenecientes a la iglesia de San Román», apunta Fabiola Monzón, la arqueóloga al frente de la campaña promovida por el Ayuntamiento y la Junta.

«Hemos encontrado restos que confirman que pertenecen a la iglesia de San Román: estructuras, pavimento y un abundante material arqueológico. Pero todavía no sabemos todavía la delimitación concreta de la iglesia, por eso necesitamos seguir ampliando la excavación. Tenemos el templo más o menos georeferenciado a partir de la planimetría francesa, pero son muchos metros y no sabemos aún el punto exacto. En la próxima campaña de seis meses -que comienza la semana próxima- trataremos de delimitar las paredes que nos permitan recomponer la planta de la iglesia», añade.

A San Román pertenecen  restos de material que sirvió de decoración y sufrió el proceso de derribo en el siglo XIX, molduras y lápidas de la iglesia y la clave de bóveda mencionada. A la refriega entre franceses e ingleses pertenecen algunas de las piezas de artillería, como bombas de mortero y balas; elementos de mosquete como una cantonera decorada, rastrillo, muelles y hebillas de correaje; y objetos de la indumentaria de  ambos ejércitos como piezas de cuero de un  barboquejo (la cinta del sombrero que se pasa por la barbilla) o botones lisos.

De épocas más antiguas son las piezas de cerámica (que hablan del bajo medievo y la presencia musulmana en la zona; incluso de un alfar cercano), las monedas o un estribo. En cuanto a los restos humanos, han aparecido enterramientos medievales y huesos sueltos que se desconoce si son fruto de la voladura o de otras épocas.