May sobrevive a la moción de censura

SPC
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La primera ministra supera con apenas 19 votos de diferencia la prueba de confianza de los laboristas

May sobrevive a la moción de censura - Foto: REUTERS TV

 

Después de la tormenta siempre llega la calma. Al menos, temporal. Y es que, tras el tremendo varapalo vivido en pasado martes en el Parlamento, donde la primera ministra británica, Theresa May, vio cómo una amplia mayoría de diputados tumbaban su acuerdo del Brexit, ayer se vio avalada por la Cámara ante la moción de censura presentada por el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn.

Eso sí, a diferencia del día anterior, la diferencia de votos en esta ocasión fue considerablemente menor. Si a la hora de rechazar el pacto del divorcio se vivió una debacle récord -432 en contra frente a 202 a favor-, la confianza en la premier es más ajustada: apenas 19 respaldos le salvaron -325 apoyos frente a 306 que pidieron su marcha-. 

Esto significa que buena parte de los 118 conservadores que no quisieron sustentar el documento presentado por May sí la mantuvieron en el Gobierno, ante el temor de que la oposición de izquierdas pudiera arrebatar el Gobierno en unas elecciones anticipadas. Fueron los tories y los unionistas norirlandeses del DUP, que sustentan al Ejecutivo, los que dieron continuidad a la asediada mandataria.

Todo un alivio para la dirigente, que al conocer el resultado aseguró que seguirá trabajando para «cumplir con la solemne promesa» de materializar el resultado del referéndum de junio de 2016, en el que los británicos decidieron abandonar la Unión Europea.

«Tenemos la responsabilidad de identificar un camino hacia delante que nos permita obtener el apoyo de esta Cámara», agregó la jefa del Ejecutivo de Londres, que reiteró su intención de conversar con el resto de fuerzas políticas para tratar de encontrar un punto de consenso que pueda llevar a buen puerto la ruptura, prevista para el próximo 29 de marzo.

De hecho, según se aprobó la semana pasada en el Parlamento, tendrá ahora hasta el próximo lunes de plazo para presentar un plan b, es decir, una alternativa al texto que se tumbó el pasado martes y que pueda ser ratificado en la Cámara.

En este sentido, señaló que se aproximará a las reuniones con los opositores «con un espíritu constructivo» y apeló a sus interlocutores a hacer lo propio.

Con quien parece que lo tendrá más complicado será con Corbyn, ya que durante el debate previo a la votación mantuvo un agrio enfrentamiento, llegándole a calificar de «traidor» hacia «todo» lo que ha decidido su formación y, sobre todo, «hacia millones de votantes laboristas decentes y patrióticos». A juicio de May, lo que ha hecho el progresista a su formación es una «tragedia nacional» y agregó que lo que haría al Reino Unido, de convertirse en su primer ministro, sería una «calamidad».

Sin embargo, el aludido, tras el fiasco de la moción de censura, se mostró dispuesto a hablar con el Gobierno, pero exigió a la premier, como requisito previo, que descarte por completo el escenario de un Brexit caótico. Unos términos similares a los que aludió el jefe de los liberal demócratas, Ed Davey.

Por su parte, desde el DUP subrayaron la importancia de sus 10 diputados para el Gobierno y manifestaron su voluntad de dialogar, siempre y cuando May garantice el control total sobre la frontera con Irlanda. 

Y es que la salvaguarda en la isla verde sigue siendo el principal escollo para salvar el acuerdo del Brexit. Es un mecanismo de emergencia ideado para preservar abierta la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda que los diputados contrarios al actual acuerdo rechazan por considerar que mantiene el anclaje de Reino Unido a la UE.