El geólogo Maximino San Miguel, hijo adoptivo de Gumiel de Izán

S. Rioseras / Gumiel de Izán
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El Ayuntamiento organizó ayer un homenaje para entregar a la familia este título póstumo y reconocer su labor científica y cultural, así como su bondad con todos los vecinos del pueblo

El consistorio gomellano nombró ayer al científico Maximino San Miguel hijo adoptivo a título póstumo de esta localidad, donde se crió -a pesar de haber nacido en Huerta del Rey en 1887- y despertó su interés por esta materia. Reputado investigador, muchos le conocen como el geólogo de Gumiel de Izán, pero en el pueblo hablan de él como el abuelo. Quizás por esa bondad que todo el mundo se empeñó en destacar durante la celebración del homenaje presentado por el periodista Juan Manuel Pérez, natural de la villa. «Era un hombre bueno» fue la frase más repetida y la que provocó más asentimientos y aplausos por parte del público.

Entre ellos se encontraban hasta cuatro generaciones de San Miguel: «Es un reconocimiento muy grande para la familia y nos hemos reunido nietos, biznietos y tataranietos de todas las edades», comentó Montse, la encargada de recoger la placa conmemorativa en nombre de su madre Tinina, la única hija de Maximino que vive. La mayoría, desveló, ha heredado el espíritu científico de su antepasado, pues entre ellos hay ingenieros, físicos, químicos y, por su puesto, geólogos como ella. «Estamos repartidos por toda España y también por el resto del mundo: hay primos en Alemania y otro en EEUU que está recogiendo un premio en este mismo momento». Pero asegura, se sienten gomellanos.

 

TÍTULO MERECIDO.

El profesor Maximino San Miguel ocupa un lugar destacado en el mundo de la ciencia. Así lo avalan los numerosos cargos universitarios que ocupó en las universidades de Barcelona y Madrid, las más de 170 publicaciones que firmó hasta su fallecimiento en 1961, la traducción de términos alemanes a la sociedad hispanohablante o el descubrimiento de la hidroquímica y numerosos minerales.

Una ingente labor académica que complementó con sus numerosas aportaciones al pueblo al que se sentía tan apegado. «Logró declarar la iglesia de Santa María de la Asunción como monumento histórico nacional», dijo, señalando el templo junto al que se organizó el acto tras la celebración de una misa en su honor.

Durante su intervención, el alcalde de municipio, Jesús Briones, también recordó que fue Maximino quien «cedió los terrenos para construir las escuelas que, en 1965, fueron bautizadas con su nombre». Precisamente una de las actuales alumnas de este colegio fue la encargada de entregar la placa conmemorativa a la familia y el antiguo director del centro, Fernando Carpintero, quien desveló algunas de las anécdotas más curiosas. «Muchos desconocen que fue una de las pocas personas que analizó las rocas lunares en el año 1969», comentó. También, sostuvo, fue un gran divulgador: «Gracias a él, fuimos los primeros en enterarnos de que había arañas hembras que se comían a los machos. Me marcó tanto que creo que por eso sigo soltero», dijo, provocando las risas del público.

NEXO CULTURAL.

«Se desvivió por el pueblo», resumió Montse. «Luchó por él y por sacar a sus gentes adelante, a quienes nunca negó la ayuda», narró, relatando las historias que le ha contado su madre. «Económicamente estaba bien situado. Tenía servicio y coche y chófer, pero era de espíritu humilde y en esa época en la que en España se pasó tantas penurias siempre ayudó dando limosna, comida o trabajo», continuó. También se esforzó en acercar sus conocimientos a Gumiel: «Fue un nexo entre la gente y la ciencia», opinó. Quizás por eso hoy se cuente hasta una veintena de geólogos en este pequeño municipio.

El alcalde de Huerta del Rey, donde nació el homenajeado, aportó su granito de arena al acto regalando a la familia el acta de nacimiento. «Se merece que nos acordemos de él», sentenció Briones, minutos antes de descubrir la placa con el nombre del científico en la plaza donde se encuentra la casa familiar.  «Gracias por enseñarle a amar porque todo lo que hizo es fruto de ese amor recibido que él os devolvió como supo», finalizó Montse.