Una plaga de procesionaria devoralos montes y lesiona a las mascotas

J.M. / Burgos
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Solo en Modúbar de la Cuesta afecta a 300 hectáreas de pino. Los centros de salud y las clínicas veterinarias atienden estos días a afectados por urticarias provocadas por la oruga

Los nidos salpican algunos de los árboles de la parte alta del parque de Fuentes Blancas. - Foto: Jesús J. Matías

 
Los centros de la salud y las clínicas veterinarias de la capital están notando una carga extra de trabajo esta primavera por la proliferación de la oruga procesionaria que se ha instalado en buena parte de los montes de la provincia. En la capital también está presente y son visibles los nidos tanto en el parque de Fuentes Blancas como en la zona del Castillo. 
Rafael Solaguren, ingeniero técnico forestal de la empresa Eurofor, explica que las temperaturas tan suaves de este invierno han propiciado que la presencia de la procesionaria sea tan abundante. Es en esta época del año cuando el animal abandona los nidos que ha construido en las copas de los pinos durante los meses fríos y, en grupo y en hilera (de ahí su nombre), acude a enterrarse en el suelo antes de crisalidar y convertirse en mariposa.
El alcalde de Modúbar de la Cuesta, Eloy de la Fuente, es otra de las víctimas de esta plaga y detalla cómo en su municipio se han visto afectadas 300 hectáreas de monte. Lamenta como en la Junta de Castilla y León «nos han dicho que no tienen dinero» para tomar medidas para atajar la plaga y que les comuniquen también que «en las zonas privadas no actúan». 
«Igual se podría hacer algo con otros ayuntamientos», afirma antes de reconocer que estas actuaciones son costosas para una pequeña localidad y que su éxito es dudoso si no se lucha contra la proliferación de estos animales de forma conjunta. Reconoce que en el pueblo «estamos quemados» con el tema e incluso sugiere algún tipo de acuerdo con el Ayuntamiento de Burgos ya que, «como quien dice, somos parte del cinturón verde de la capital».
El ingeniero forestal de Eurofor explica que este tipo de plagas son «cíclicas» y que posiblemente, «al desaparecer el alimento», el próxímo año ya no se verán tantas orugas. Sin negar el daño, advierte que habrá que acostumbrarse a ellas ya que, tal y como asegura, esta es «una de las consecuencias del cambio climático».
El ingeniero forestal explica que las consecuencias sobre los pinares no son tan graves como muchos piensan ya que el hecho de que las hojas se sequen y desaparezcan (es el alimento de las orugas) no quiere decir que el pino esté muriéndose. Aunque en algunos casos, según recuerda, han talado los pinos pensando que se habían perdido. En realidad lo que ocurre es que «se debilitan» y «en dos o tres años»  vuelvan a estar fuertes. Lo que sí puede ocurrir es que se detenga su crecimiento o que sean más propensos a otras enfermedades.
 
EN LA CONSULTA. Miguel Santamaría, un joven burgalés al que le gusta salir a correr por Fuentes Blancas, ha tenido que ir cuatro veces en el último mes al médico por una urticaria provocada por una oruga procesionaria. Reconoce que su caso no es normal, «los efectos suele durar una semana». Lo que sí hace es critica al Ayuntamiento porque, a su juicio, «debería poner los medios necesarios para erradicar esta plaga y evitar los problemas que nos causa a los ciudadanos que somos alérgicos». Este periódico trató de saber si el Consistorio está combatiendo la plaga de alguna manera, pero no obtuvo respuesta de la concejala de Medio Ambiente, Carolina Blasco.
También en las veterinarias de la capital son testigos de los efectos de la procesionaria ya que en estos meses han notado varios casos de animales afectados. La gerente del Hospital Veterinario Valderrama, Amada Valderrama, calculó que ya han tenido que tratar  a «entre seis y diez perros» antes de que se aproxime más el verano, la época que prevén encontrarse con más casos.
Los perros «lamen las orugas» o se acercan a olfatearlas y eso hace que los pelos del animal en suspensión vayan a la boca y produzcan un importante hinchazón de la lengua. Es posible incluso, según alerta que «puedan llegar a la muerte por asfixia».