300 personas se suman a una nueva manifestación contra la plaza de toros

Á.M. / Burgos
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Acudieron a la sede de Río Vena, adjudicataria de las obras junto a Sacyr, cuyos empleados se 'plantaron' en defensa de su trabajo

El grupo, a su salida de la plaza de toros. - Foto: Luis López Araico

300 personas, según la Policía Nacional, protagonizaron ayer una manifestación contra las obras de reforma de la plaza de toros. Tras citarse en los alrededores del coso, se inició una marcha que cruzó la calle Vitoria y la avenida de Castilla y León hasta llegar a la sede de Río Vena, la empresa que, con Sacyr, realiza la obra.

Los motivos de la concentración son los que sostiene la autoproclamada ‘asamblea contra la especulación’. A saber: la obra es innecesaria, el dinero debe ir a gasto social y el alcalde debería hacer una consulta. Juan Luis Gómez, portavoz de la manifestación, que no contaba con permiso de la Subdelegación, explicó que en «la reunión con Ángel Ibáñez y Javier Lacalle no nos dijeron nada», así que decidieron acudir a Río Vena.

Los convocantes pidieron al vicealcalde, Ángel Ibáñez, que «haga la consulta a la ciudadanía que le pedimos el martes», marcándose ese «reto» y buscando «el apoyo en todos los barrios», porque «si la gente no viene a nosotros, vamos a ir nosotros a buscarles». Gómez se negó a «desmentir» la intención de tratar de impedir el acceso de los trabajadores a la obra el lunes. Y entonces echó a andar el grupo, que obligó a cortar varias calles.

Los trabajadores de Río Vena exhibieron en silencio esta pancarta.
Los trabajadores de Río Vena exhibieron en silencio esta pancarta. - Foto: Luis López Araico
Por el camino, insultos constantes a Antonio Méndez Pozo (propietario de Río Vena), a la Policía y al alcalde. A su llegada a la empresa, los trabajadores de la constructora salieron a las puertas del edificio sosteniendo una pancarta en la que se leía: «Los trabajadores de Río Vena en defensa de nuestros puestos de trabajo». Fueron insultados por los manifestantes. Aún así, a Gómez se le permitió el acceso para entregar un escrito en el que se solicitaba «la retirada de la Policía» de la plaza, la «paralización de la obra» y la elaboración de la consulta.