Al acecho de la presa herida

María Albilla (SPC)
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Parte del capital extranjero que llega a España proviene de los 'fondos buitre', recursos de especuladores dispuestos a correr riesgos en sus inversiones a cambio de alta rentabilidad

Al acecho de la presa herida

Fondos buitre. Este concepto se cuela desde hace meses con asiduidad en las noticias económicas de los medios de comunicación y también en las propias empresas, países o entidades financieras que se encuentran al borde del precipicio a tenor de sus resultados. En estos tiempos de crisis, en los que los bancos ni dan dinero ni refinancian créditos, estas sociedades se han convertido en inversores potenciales dispuestos a asumir un alto riesgo en su inversión. Por eso, las sociedades inversoras se mantienen al acecho, esperando a que su presa esté herida de muerte antes de actuar.

Esta forma de recapitalizar las empresas es una realidad en cualquier país del mundo. Si bien los fondos distressed suelen capitalizarse en dólares, también hay grandes fortunas familiares, por ejemplo, en Latinoamérica que especulan y fijan sus objetivos por toda Europa. El Reino Unido, Portugal, el ladrillo tóxico español... e incluso los medios de comunicación, ya que hace tan solo unos días se ha sabido que un grupo de 16 fondos de inversión, la mayoría con sede en Luxemburgo, aportarán al grupo editorial Prisa, presidido por Juan Luis Cebrián, una línea de liquidez de 353 millones. A cambio, la empresa pagará una comisión de 99,6 millones, pero se aplazarán entre cinco y seis años los vencimientos de la deuda de 3.231 millones de euros.

 Con esta opción han quedado fuera de la recapitalización de la empresa entidades financieras como Banco Santander, La Caixa y HSBC, que ofrecían condiciones menos ventajosas.

Entre los negocios que entran en este tipo de inversiones, por poner otro ejemplo, está el turístico, ya que el hotel W de Barcelona fue adquirido en junio por una de estas firmas.

Los primeros buitres empezaron a revolotear en España en 2012 y se posicionaron con fuerza a finales del año pasado, con la creación del banco malo, organismo creado para la gestión de los activos tóxicos inmobiliarios que salían de los entidades financieras nacionalizadas. Era el pistoletazo de salida para los precios bajos de promociones y terrenos que la banca o las propias administraciones no podían soportar -de hecho, estos inversores se han hecho incluso con vivienda pública de los ayuntamientos-. Inmobiliarias que habían entrado en mora, antiguas cajas nacionalizadas, como EVO Banco, vendido por el FROB al fondo Apollo por 60 millones de euros... el objetivo es siempre el mismo: comprar cuando el valor de la firma se ha depreciado hasta el 50-60% para volver a vender a corto o medio plazo.

Uno de los problemas que estas inversiones plantean para la economía nacional, según apuntan algunos expertos, es que no ayudan ni a consolidar el crecimiento del país ni a crear empleo. Si bien sirven para hacer una limpieza general de activos dañados, tampoco suponen las bases de la recuperación, ya que para esto se necesitan blues, es decir, quienes invierten de una manera más conservadora y a largo plazo.

En la actualidad, en España hay más de un centenar de fondos extranjeros estudiando compras y parecen estar dispuestos a gastarse hasta 20.000 millones de euros para comprar inmuebles. Las mejoras en la economía harán que los precios pujen en un período de un par de años y entonces, será su momento de vender.

Ralentización. Tal y como detalla la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (Ascri), en el primer trimestre de este ejercicio, y, según apostilla la entidad, y según se preveía a finales de 2012, el presente ejercicio comenzó con un nivel de actividad moderado: el volumen de inversión registrado en el primer semestre es el más bajo desde el inicio de la crisis económica.

Los datos preliminares obtenidos por Ascri, en colaboración con wrebcapitalriesgo.com arrojan un volumen que no alcanza los 500 millones de euros, un 56% menos que en el primer semestre 2012 y un 25% menos que en el primer semestre 2009. Sin embargo, hay que destacar que el 94% han sido operaciones de menos de cinco millones de euros de capital, lo que evidencia que las receptoras de estos fondos han sido, sobre todo, las pequeñas y medianas empresas.

El colectivo de agencias, considera, de cara al futuro que, «aunque es necesario ser prudente, hay indicios de mejora en la situación macro de la economía española (tasa de crecimiento del PIB, freno en la destrucción de empleo, exportaciones...), y esto se refleja en una percepción más positiva del futuro del sector», recalcan.

Esto implica, desde su punto de vista, que los inversores extranjeros se muestran de nuevo interesados por las buenas oportunidades de inversión (activos atractivos y a precios razonables) que encuentran en nuestro país.