150 asociaciones se posicionan en contra del fracking en Merindades

F. Trespaderne / Burgos
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En la declaración conjunta solicitan a los ayuntamientos de la comarca, Diputación, Junta y Gobierno que manifiesten su oposición, prohíban su uso y deroguen las autorizaciones

El Centro Cultural de Villasante se quedó pequeño para acoger a los representantes de las asociaciones en la presentación de la declaración contra el fracking. - Foto: DB

La localidad de Villasante, en la Merindad de Montija, se convirtió ayer en la capital de las Merindades y en el símbolo de la lucha de la comarca contra el fracking o técnica de fractura hidráulica para la extracción de gas no convencional. En este pueblo se reunieron representantes de 150 asociaciones de la comarca para firmar una declaración conjunta en contra de esta técnica de extracción de hidrocarburos y solicitar a las administraciones que adopten una serie de medidas para prohibir su uso y derogar las autorizaciones.

El acto, al que también asistieron algunos alcaldes y concejales de la zona, se celebró tras registrar la declaración conjunta en la ventanilla única en el Ayuntamiento de la Merindad de Montija, con el fin de que llegue a todos los ayuntamientos de Las Merindades, así como a la Diputación, Junta de Castilla y León, Ministerio de Industria y a otras administraciones.

En esa declaración, tras recordar que la comarca ha sido incluida en proyectos de investigación mediante el fracking, señalan que el empleo de esta técnica «está generando gran alarma social y preocupación entre la población por las posibles consecuencias negativas para la zona». En otro apartado señalan que la utilización del fracking «supone asumir importantes riesgos para nuestra seguridad y para el modelo de vida de la comarca» y hacen referencia, entre otros, a un informe de la Dirección de Medio Ambiente de la Comisión Europea, así como a la de lo ocurrido en otros países.

Las asociaciones firmantes, con aproximadamente diez mil asociados, reiteran que «Las Merindades no pueden asumir los problemas que la fractura hidráulica ha ocasionado en los Estados Unidos, ni el alto riesgo que supone» y expresan su apuesta por «una agricultura y ganadería sostenibles, una industria no contaminante, un turismo que valora Las Merindades del Norte de Burgos por su riqueza paisajística y medioambiental, y un sector servicios moderno y que dé apoyo a los anteriores».

Con esta declaración conjunta, las asociaciones pretenden trasladar su apoyo a los ayuntamientos que han aprobado mociones en contra del fracking, instándoles a que continúen en esa línea de oposición, y a los que aún no se han posicionado en contra, «desoyendo el sentir de los vecinos y vecinas de sus municipios a cambiar de actitud y se sumen a esta defensa de las Merindades en la que no cabe la fractura hidráulica no convencional».

Además, en el manifiesto piden a la Diputación que manifieste su oposición a la utilización de la fractura hidráulica y de cualquier otra técnica no convencional de extracción de hidrocarburos y declare «libre de fracking toda la provincia, tal y como están haciendo otras provincias».

Autorizaciones

Por lo que respecta a la Junta de Castilla y León, las asociaciones solicitan que, «con carácter de urgencia, apruebe la normativa que prohiba el uso del fracking como técnica de investigación y extracción de gas no convencional en toda la Comunidad, tal y como han hecho los gobiernos de Cantabria o La Rioja», señalan. Finalmente, instan al Gobierno central y al Ministerio de Industria a que deroguen las autorizaciones de investigación o extracción de hidrocarburos mediante prácticas no convencionales vistas las graves consecuencias, y que ningún objetivo de rentabilidad económica podría justificar».

Desde las 150 asociaciones, que pertenecen a todos los municipios y sectores de Las Merindades, y a las que se han sumado algunas de localidades colindantes y otras de carácter provincial, insisten en que tienen que ser «los vecinos, la ciudadanía, las personas afectadas, quienes tomemos partido en la protección de nuestro mejor bien común y no ceder ante el lobby energético que intenta poner sus intereses económicos por encima de la salud de las personas, del medio ambiente y del desarrollo sostenible de nuestra tierra».