Roban 5 tráilers y cruzan un camión en la A-1 para huir de la Guardia Civil

I. Elices / Burgos
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Sustrajeron de madrugada decenas de cajas de Nivea de un remolque aparcado en Quintanapalla, cosméticos en la Varga y un isotermo. Dos ladrones se fugaron campo a través tras abandonar el vehículo en Cilleruelo de Abajo

La pericia de los ladrones al volante y la habilidad de los guardias civiles para sortear las embestidas del camión que conducía uno de los delincuentes hizo que la persecución que tuvo lugar ayer en la A-1 de madrugada no terminara en tragedia. Varias unidades de la Benemérita fueron movilizadas para dar caza a un vehículo articulado que una banda especializada en el robo de mercancías había utilizado por la noche para cargar el material que sustrajeron en al menos cinco asaltos a transportistas en áreas de descanso próximas a la capital. La huida de los cacos concluyó poco antes de las 6 de la mañana en el kilómetro 189 de la autovía de Madrid, en Cilleruelo de Abajo. El atracador que conducía el camión vio que no podía despistar a la Guardia Civil y, pese a que intentó sacar de la vía a las dotaciones policiales dando fuertes volantazos, terminó cruzando el trailer en mitad de la calzada. Los dos ladrones que iban en la cabina se apearon, saltaron las vallas que separan la A-1 de las tierras de cultivo y corrieron campo a través. Ayer al cierre de la edición no habían sido detenidos, según confirmó este periódico.

La maniobra de interponer el camión en la autovía no fue una casualidad. Los delincuentes pretendían cortar el paso a las fuerzas de seguridad para garantizar la huida a sus compinches, pues el grupo estaba compuesto por más personas de las dos que viajaban en ese camión. Algunas de ellas circulaban en un BMW que pudo darse a la fuga en dirección Madrid.

Una de las denuncias que atendió ayer la Guardia Civil fue la del robo de un camión isotermo en una estación de servicio de la capital. Asimismo, un transportista polaco denunció a las 5,30 horas que unos ladrones habían rajado la lona del semirremolque de su camión para llevarse dos palés de cosméticos. Se encontraba aparcado en el restaurante La Varga. «Le dijo a nuestro conserje que llamara por favor a la Guardia Civil para denunciar los hechos; y dijeron a nuestro trabajador que estaba siendo una noche movidita», explicaba ayer a este periódico una empleada de dicho negocio.

Esa carga no apareció ayer en el vehículo pesado que abandonaron los ladrones en la A-1, por lo que todo indica que eran más delincuentes y usaban más camiones, e incluso coches, como lanzaderas para avisar de la presencia policial.

El objetivo de los rateros eran las áreas de servicio cercanas a la capital. Empezaron por Quintanapalla, sustrayendo la carga de un camión que portaba cajas de Nivea, del fabricante Beiersdorf. Estos ladrones suelen efectuar ‘catas’ en los remolques, agujereando las lonas, para comprobar si la mercancía que portan tiene fácil salida en el mercado negro. Y los productos de cosmética tienen fácil venta, porque dos de los robos que cometieron fueron para llevarse este tipo de producto.

Tras comprobar las denuncias que llegaron por la noche y después de hablar con las víctimas de los robos y los responsables de las áreas de servicio, la Guardia Civil dio con el camión sospechoso. Lo localizaron circulando por la A-1, en dirección Madrid, gracias a las cámaras de Tráfico. Varias dotaciones trataron de darle alcance, y lo hicieron. Pero sus ocupantes terminaron fugándose. Personal de mantenimiento logró retirar el vehículo cruzado para evitar retenciones de la autovía.

La Unidad Orgánica de la Policía Judicial se puso ayer a trabajar para dar con los ladrones. Revisaron el camión recuperado (con las cajas de Nivea), que quedó estacionado en el área de servicio de BP, en Cilleruelo de Abajo. Buscaron indicios dentro de la cabina que les pudiera conducir a los rateros, ya que de la matrícula no confían en sacar información valiosa, pues o están dobladas o los vehículos están puestos a nombres de terceras personas que no tienen que ver con la banda. Los integrantes de estos grupos suelen vivir en la capital de España o alrededores y desde allí se mueven por las radiales en busca de sus presas.

En enero de este año, la Guardia Civil de Burgos desarticuló un grupo que había actuado en 2014 en la zona de Ribera del Duero. Fueron detenidas tres personas. En diciembre de 2014 otra banda cayó tras una investigación de la Benemérita tras nueve robos en camiones en áreas de servicio de la Bureba, la capital y Ribera del Duero.