El Burgos CF se asoma al abismo

@jorgealopez18
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Los últimos resultados han volteado por completo la sensación de la afición, que hace un mes pensaba en el play off y ahora teme una campaña de sufrimiento

26 de septiembre de 2015. Todo era esperanza en la ribera del Arlanzón. 10 puntos de 15 sumados, e incluso con merecimiento de alguno más. El mejor arranque del club en una década y en posiciones de play off de ascenso a Segunda División después, además, de haber ganado al Guijuelo, uno de los equipos de referencia, en El Plantío con autoridad (2-0).

26 de octubre de 2015, solo un mes después. La esperanza se ha tornado en desilusión y pesimismo generalizado. De los siguientes 15 puntos únicamente se han sumado 2; de estar en play off por el ascenso se ha pasado a tener únicamente 1 punto de renta sobre el de descenso y, a pesar de lograr una soberbia remontada en el campo del líder, el Racing de Ferrol, el equipo ha vuelto a perder y ha sido incapaz de sumar (3-2).

La situación es la que es, pero quizás lleve a ser injusto con algunas de las valoraciones que se realizan. Los jugadores que parecen haber entrado en barrena son los mismos que invitaban a soñar, el entrenador es también el que había creado un equipo sólido atrás y seguimos jugando en un grupo con gallegos, asturianos, navarros y castellanos.

El fútbol se ha vuelto cortoplacista y tendemos a tirar por tierra tras dos malos resultados lo que nos parecía sublime. Y ya, si en vez de dos malos resultados se acumulan cinco, algunos tienen ganas de quemar el estadio. Posiblemente fuimos demasiado optimistas tras ganar al Guijuelo, pero también puede que estemos siendo excesivamente injustos hoy. Perfectamente se pudo sumar en Cáceres y ganar en Villaviciosa (también en León a primeros de septiembre) y ahora estaríamos entre los mejores, o muy cerca de ellos. O puede que no hubiéramos sumado un punto ante el Compostela ni merecido el triunfo del debut ante el Somozas y ahora estaríamos pidiendo masivamente que Viadero volviera por donde vino en julio.

De poco sirve ahora pensar en las oportunidades perdidas, en los arbitrajes recibidos o en las lesiones sufridas. Todo ello forma parte del fútbol y con todo ello se convive, lo mejor posible. El caso es que el Burgos está donde está, pero no por ello condenado a seguir estando en la misma situación y penar un año más por permanecer en Segunda División B. El descenso está a 2 puntos, pero también el play off está cercano, a solo 4. Una buena racha (como ejemplo el Pontevedra) te engancha arriba y una mala (la propia) te hunde.

Por eso es importante cambiar la dinámica. Cuanto antes. Ya. La clasificación aún no se ha roto, pero acabará sucediendo, y dónde esté el Burgos cuando eso suceda determinará el objetivo por el que luchar a partir de febrero.

Mirando el calendario, la perspectiva puede ser halagüeña o invitar a rezar. El sábado llega a El Plantío (18.15 horas) el Coruxo, que tampoco ha ganado en las últimas cinco jornadas y atraviesa una situación parecida a la burgalesista. Después se visita al Racing de Santander, al que está costando un mundo arrancar. El fin de semana del 15 de noviembre llegará a El Plantío el Atlético Astorga, llamado a sufrir. La siguiente salida es al feudo de la Arandina y para cerrar noviembre llegará a Burgos el Logroñés de Carlos Pouso.

Siendo optimistas, todos ellos tienen problemas, salvo el Logroñés, aunque bien es cierto que ya está a 5 puntos del Racing de Ferrol. Pero si decidimos ver el vaso medio vacío, todos están por encima del Burgos en la clasificación a excepción del Astorga, que también puede ver la visita a El Plantío como una oportunidad de oro para meter a un rival en problemas.

Estos cinco partidos, de una manera u otra, determinarán el futuro inmediato del equipo. Cinco resultados como los iniciales situarían, seguro, a los burgalesistas de nuevo a tiro de piedra del play off. Una tanda como la que hemos vivido estas semanas nos podría dejar, en diciembre, en posiciones de descenso.

Intentemos quedarnos con lo positivo y sepamos valorar que, pese a los malos resultados recientes, el Burgos demostró carácter, dio la cara en su visita a A Malata, se sobrepuso a un 2-0 y estuvo cerca de puntuar. Un equipo hundido probablemente no se hubiera reenganchado al partido. El Burgos recuperó el olfato goleador tras haber marcado solo un gol en los cuatro encuentros precedentes y tuvo ambición. Existen razones para el optimismo, principalmente que solo hemos cumplido un cuarto de la temporada. Pero de prolongarse más la mala racha, la situación puede tornarse dramática.

El partido ante el Coruxo es la oportunidad ideal para dar un golpe sobre la mesa y revertir la situación. El equipo sigue teniendo calidad individual, sigue estando compensado y tiene recursos para competir con los mejores, al menos en este grupo. Así lo creo.

Pero los malos resultados generan dinámicas con más facilidad que los buenos. Y volver a pinchar podría suponer asomarse al abismo. Esperemos no tener que conocer la respuesta del equipo y de los jugadores ante el vértigo.