Garoña debería pagar 153 millones por su combustible nuclear gastado

A. Castellanos / Garoña
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Si la parada definitiva del reactor se produce el día 16, como planifica Nuclenor para evitar los impuestos, la central quedará inactiva hasta que el CSN autorice el predesmantelamiento

Garoña debería pagar 153 millones por su combustible nuclear gastado

Los impuestos que Nuclenor quiere evitar pagar por la producción de combustible nuclear gastado, concretamente por los kilogramos de metal pesado (uranio y plutonio) contenidos en su interior, y que han motivado su decisión de planear la parada definitiva del reactor el próximo día 16 ascienden a un total de 153 millones de euros, según informó la dirección de Nuclenor al comité de empresa y a los principales responsables de equipos de la planta este miércoles. Esta sería la cantidad que se debería abonar, si el combustible gastado sigue dentro del núcleo del reactor a partir del 1 de enero, en que entrará en vigor la nueva Ley de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética.

Esta abultada cifra equivale al 85% de los ingresos totales de Santa María de Garoña en 2011, año en el que obtuvo 179 millones de euros por la venta de 3.582 gigavatios. Según el balance del pasado ejercicio, esos ingresos produjeron 11 millones de euros de beneficios, una cantidad que está muy lejos de poder cubrir el pago de un impuesto tan costoso. En el núcleo del reactor de Santa María de Garoña hay unos 400 elementos combustibles que, según los cálculos de Nuclenor, podrían generar cerca de 70.000 kilogramos de metales pesados irradiados. Teniendo en cuenta que la nueva ley obliga al pago de 2.190 euros por cada kilogramo, el monto total supera los 150 millones de euros.

Hasta que el Partido Popular introdujo una enmienda aprobada en la Comisión de Industria del Senado del pasado martes, Nuclenor interpretaba que el pago del impuesto por producción de residuos nucleares se ceñía al periodo en que la central estuviese generando electricidad. Pero la enmienda concretó que el «periodo impositivo», es decir de pago, «cesa cuando se haya producido el cese de las actividades que constituyen el hecho imponible, es decir, la extracción del combustible gastado del reactor y el almacenamiento de los residuos radiactivos de operación en la propia central».

El pleno del Senado, en su convocatoria del próximo lunes, aprobará la nueva normativa, a la que solo le queda el refrendo del pleno del Congreso para entrar en vigor. En Santa María de Garoña, muchos trabajadores consideran que ya no hay vuelta atrás y muestran su indignación en las redes sociales ante el abultado impuesto que el Gobierno quiere cobrar al sector nuclear. Otros confían aún en que el Gobierno rectifique e introduzca cambios en los últimos días del trámite parlamentario de la ley.

Expectantes en el comité. Según ha podido saber DB, el Consejo de Administración de Nuclenor tomará la próxima semana la decisión de detener o no el reactor de Garoña de forma definitiva el día 16 a las 00 horas, 41 años y 8 meses después de su primer arranque en 1971. Del texto definitivo de la ley que regulará el sector energético, dependerá la decisión de Nuclenor, propiedad de Endesa e Iberdola.

Por ello, desde el comité de empresa señalaron ayer que se encuentran «expectantes» ante lo que decidan el pleno del Congreso y el Consejo de Administración de Nuclenor. Si la decisión es parar el día 16 y sacar del núcleo del reactor todo el combustible gastado antes del 31 de diciembre, la central quedará en una atípica situación a partir del 1 de enero. No generará electricidad, porque el reactor seguirá parado, pero Nuclenor tampoco podrá comenzar las tareas de predesmantelamiento, porque para ello precisa del informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear a la documentación asociada al cese definitivo que se le remitió el pasado 6 de noviembre.

La presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Carmen Martínez Ten, anunció el pasado día 29 en su comparecencia ante la Comisión de Industria del Congreso, que «antes de la fecha de parada, el CSN remitirá al Ministerio de Industria los límites y las condiciones asociadas a la declaración de cese». Cuando decía esto, la fecha de parada prevista era julio de 2013 y su previsión era que se informase a Nuclenor con un mes de antelación a la parada. Si se mantuviera este calendario, Santa María de Garoña se vería abocada a la inactividad durante los próximos meses.