La Iglesia pondrá en Teología el suelo radiante que quiere para la Catedral

J.M. / Burgos
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Se instalará tras la segunda fase de la intervención que está realizando ahora junto al Archivo Diocesano. Defiende su eficacia frente a otros sistemas que encarecen la factura

Ha insistido hasta la saciedad para poder colocar el suelo radiante en la Catedral, siempre con la negativa de la Dirección General de Patrimonio que se lo ha impedido, y ahora, convencidos de las bondades del sistema, la Diócesis afirma que lo instalará en el claustro de la Facultad de Teología. No será en esta fase de las obras que se está acometiendo en este momento, pero sí en una posterior que dará por finalizada una reforma que servirá para cubrir el edificio y reservar este espacio como zona de investigación.

El aparejador y sacerdote que supervisa las obras de la Facultad de Teología,  Víctor Ochotorena, defiende la colocación de este sistema para calefactar el claustro en la efectividad que tiene para inmuebles con estancias muy amplias y de suelos altos.

Según detalla, el suelo radiante consigue calentar el aire que se encuentra en una altura de hasta unos 2,5 metros y a partir de ahí pierde efectividad. Es decir, que consigue una temperatura óptima para la estancia de las personas y aminora una factura, la del consumo, que sería elevadísima con otros sistemas que reparten el calor por toda la estancia. Es decir, que precisan de mayor gasto para que en la parte baja haya una temperatura óptima.

El sacerdote, en  alusión a los impedimentos que se han puesto al suelo radiante en la Catedral, asegura, en contra de lo que se ha dicho, que esta calefacción no puede dañar los retablos ya que el calor no se levanta hasta su altura.

Las limitaciones presupuestarias, según apunta Ochotorena, ha hecho que se posponga para una tercera intervención la instalación de suelo radiante a una tercera fase de as obras. En esa actuación, además, se colocará la iluminación, las conexiones a internet para los ordenadores y el mobiliario que rematará esta zona de investigación.

El aparejador explica que las obras que se están acometiendo ahora (para cubrir el claustro y adecentar tres fachadas) se prolongarán alrededor de cuatro o cinco meses y que la decisión de cuándo se rematarán en una tercera fase corresponderá, casi con toda seguridad, a la persona que sustituya al arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín.

Aunque la idea es que no se demore en exceso, y así poderle dar utilidad a este espacio para la investigación lo antes posible, aún  no se manejan un plazo para realizarlas. Primero se quiere terminar lo que ya se han iniciado y entonces plantear los tiempos para dar continuidad a los trabajos e instalar el suelo.