La UE se propone conocer mejor el autismo en las mujeres

Angélica González / Valladolid
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Autismo Burgos participa en el proyecto europeo Pink, que dará visibilidad a este colectivo y desarrollará una propuesta de trabajo que contemple sus problemas específicos

Los programas educativos se han hecho hasta ahora desde las necesidades de los varones. - Foto: diariodeburgos.es

Aplicar la perspectiva de género a la investigación médica o científica suele procurar algunas sorpresas y, sobre todo, ayudar a corregir  errores que se estaban cometiendo al tratar a mujeres y hombres siempre desde el punto de vista de lo que les ocurre a los varones. Se ha hecho en enfermedades coronarias, en algunas patologías mentales y ahora, una iniciativa financiada por la Unión Europea, va a fomentar su aplicación al trastorno del espectro autista (TEA).

La asociación Autismo Burgos, en representación de España, con otras cuatro procedentes de Gran Bretaña, Portugal, Eslovenia y Lituania va a desarrollar hasta 2014 el proyecto Autism in Pink (autismo en rosa) con el objetivo de mejorar el conocimiento, el diagnóstico y la atención que reciben las niñas y las mujeres con esta discapacidad.

«El hecho de que las niñas tengan algunas habilidades sociales más marcadas que los varones hace que el diagnóstico tarde más en ellas o que incluso estén infradiagnosticadas debido a que el autismo o el síndrome de Asperger se enmascare, por ejemplo bajo un trastorno de la conducta alimentaria». Así lo explica Javier Arnáiz, orientador del colegio El Alba, quien precisa que por cada tres varones diagnosticados de autismo hay una mujer y una por cada ocho síndromes de Asperger.

En este sentido, destacó que algunas chicas con este autismo de alto funcionamiento pasan desapercibidas porque tienen muy buenas habilidades sociales, lo que supone un problema en la adolescencia frente a circunstancias como los abusos escolares o sexuales o el consumo de drogas.

Este ‘camuflaje’ del trastorno implica que puedan no tener todo apoyo que necesitan y es el motor del proyecto Pink que desarrollará una propuesta de trabajo específico para mujeres que va a contemplar aspectos como la identidad de género, la salud mental y las relaciones interpersonales (amistades y pareja).

EN CLAVE MASCULINA

Los programas educativos y sociales específicos que se han desarrollado hasta ahora solo han tenido en cuenta las necesidades de intervención del género masculino, al ser éste  el que prototípicamente se ha asociado al autismo. Tal es así que, según cuenta Javier Arnáiz, hay una teoría que asegura que el autismo es la máxima expresión de la personalidad masculina: «No existen, pues, programas ni modelos que referencien las necesidades e intereses de las mujeres con TEA y las entrenen sobre el modo de reaccionar típicamente femenino en situaciones sociales como ir de compras o ligar con chicos».

Pink va a  organizar formaciones específicas para cuidadores, familia, profesores y otros expertos, presentando los retos a los que las mujeres con autismo hacen frente  y ayudándoles a afrontarlos. En definitiva, se trata de generar un mayor conocimiento del modo en que el autismo afecta de forma específica en el género femenino.

El proyecto es muy ambicioso porque quiere generar muchas iniciativas: módulos de formación específicos para familias y profesionales; un estudio de investigación sobre prevalencia, necesidades, diagnóstico, características y trastornos mentales asociados en las mujeres con TEA; una página web y un documental cinematográfico;  un libro virtual con testimonios de vida; grupos de trabajo con familiares de afectadas, participación de las mujeres con TEA en dos conferencias internacionales sobre autismo y un campamento en Lituania.