Claman por la suciedad y los orines en el paseo de Atapuerca

C.M.
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Vecinos y hosteleros demandan la instalación de baños portátiles en el entorno pero el edil de Festejos dice que restarían sitio para los asistentes a los conciertos

La asistencia de entre 10.000 y 20.000 personas a los conciertos gratuitos de las fiestas en el paseo de Atapuerca es calificada de éxito por los responsables municipales pero está teniendo unas repercusiones muy negativas para los vecinos y los negocios situados alrededor que claman por la suciedad, los destrozos, los orines y otros excrementos que deja a su paso esta marabunta de personas.

Nadie duda de que el emplazamiento es ideal para actuaciones musicales al estar tan céntrico pero se queda pequeño para acoger a tantas personas y más si no se le dota de los correspondientes servicios. Durante los conciertos la gente se apiña a lo largo del paseo pero también se sube al jardín situado delante del Museo de la Evolución destrozándolo y llenándolo de botellas, así como a las zonas verdes situadas al otro lado, que aparecen llenas de basura y de vidrios todos los días.

La falta de aseos portátiles en el entorno hace que los establecimientos hosteleros cercanos sufran la presión de quienes quieren hacer sus necesidades y se formen largas colas. Antonio Cuadrado, propietario de Pecaditos, reconoce que le han impresionado las colas que se formaban en su negocio para entrar a los baños. El jueves cerró uno de ellos por avería y ayer tuvo que llamar a una empresa de desatascos. «Ha sido impresionante, tuve que cerrar uno porque estaba obstruido. Lo lógico es que en las zonas de conciertos o de actuaciones el Ayuntamiento pongan aseos públicos», lamentó.

Y es que no solo los asistentes al concierto tienen necesidades fisiológicas también los 36 empleados de las 6 casetas de tapas situadas en este entorno.

El concejal de Festejos, José Antonio Antón, asegura que si se ponen aseos portátiles se restaría sitio para los espectadores, parte del cual no puede aprovecharse por el gran escenario y el vallado de seguridad que hay detrás para los artistas. Recuerda que en el aparcamiento situado bajo el complejo de la Evolución Humana hay aseos públicos.

Sin embargo, algunos hosteleros de la zona consultados aseguran que quitan las señales que indican que hay baños o colocan un cartel de ‘averiado’ para disuadir a los posibles usuarios aunque algunos espectadores afirman que directamente los han cerrado.

También hay quienes no quieren esperar las largas colas de los aseos de los establecimientos de hostelería y optan por miccionar en la vía pública. La zona de la plaza de Santa Teresa se ha convertido en su espacio favorito, lo que hace que a primera hora de la mañana y a veces durante todo el día el olor a orines sea insoportable. Las religiosas Trinitarias, que junto con las Teresianas, tienen en este entorno sus conventos están sufriendo ese problema pero reconocen que esta situación también se da los fines de semana pero en menor medida. «Los servicios de limpieza se emplean a fondo», aseguran. Paralelamente, tienen que soportar el ruido de los conciertos, aunque comprenden que sea así durante las fiestas, y que algún desaprensivo llame al timbre a altas horas de la noche.

No solo este entorno se usa para hacer necesidades fisiológicas, también las calles más próximas como Donantes de Sangre o Burgense. En Filatelia Serra reconocen que se han encontrado incluso hasta excrementos no precisamente de perro en la acera. «El otro día por lo menos lo hicieron entre dos coches pero en otras ocasiones en la misma acera», indicaron.

Además se han recogido quejas de olor a orines en otras zonas como las calles San Juan, Calzadas o Morco y la plaza Hortelanos con las correspondientes quejas.

refuerzo de limpieza. La empresa Semat, concesionaria del servicio de limpieza, refuerza estos días su personal. A la plantilla habitual se suma otro medio centenar de trabajadores, que inciden fundamentalmente en la zona donde se desarrollan los eventos.

Según explicó la concejala responsable de Medio Ambiente, Carolina Blasco, se hace una limpieza por la noche, incluso con agua, y otra más especial por la mañana y se incide en las zonas donde se detectan orines empleándose productos bacterizadas y oxigenados con olor a limón.

Lo cierto es que durante la mañana de ayer numerosos operarios daban los últimos retoques a la limpieza de este entorno aunque siempre quedan restos de botellas y sobre todo de vidrios rotos por cualquier rincón, que es lo que los paseantes más mañaneros temen, especialmente si van con menores o con mascotas. Lo cierto es que también hay pocas papeleras para depositar la basura.