La peor versión del Burgos CF

Juan Carlos Moreno / Burgos
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Un planteamiento erróneo. Arconada introdujo numerosas novedades, pero el Guijuelo fue mejor y se llevó un merecido triunfo

Burgos C.F.: 0  CD Guijuelo: 2

Burgos C.F.: Aurreko, Andrés, Maureta, Beñat, Quesada, Dani Guillén (Gabri, M-66), Llorente, Moke, Jorge Sáez, Javi Hernández (Carralero, M-46), Gabri Gómez (Cristian, M-46),

CD Guijuelo: Felipe, Raúl (Yeray, M-88), Razvan, Gonzalo, Jonathan, Javi Moreno, Fran Pastor,

O. Valero (Ramiro, M-78), Marc Nierga, Chuchi (Jorge Alonso, M-70), Lambarri.

Árbitro: Villa Maestre, asistido por Atienza y Rubio. Mostró tarjeta amarilla a Llorente, Dani Guillén, Carralero, Moke; Javi Moreno, Felipe y Óscar Valero.

Goles: 0-1, M-8; Lambarri. 0-2, M-86; Marc Nierga.

Público: Unos 2.500 aficionados en El Plantío.

Lo mejor: Los primeros minutos de la segunda parte, en los que el Burgos dominó el juego pero sin ocasiones.

Lo peor: Mal partido del Burgos, mal planteamiento de su entrenador y una derrota que deja al equipo tocado y demasiado cerca de los puestos peligrosos de la clasificación.

Cuando algo funciona no hay por qué cambiarlo. Y eso es lo que hizo ayer Gonzalo Arconada. El bloque que había funcionado en el último partido ante el Real Avilés (3-0) lo transformó ayer el técnico del Burgos y el resultado fue una clara y dolorosa derrota frente al Guijuelo, una derrota que lo acerca peligrosamente a las últimas plazas de la clasificación y que deja muy tocada a la plantilla.

Demasiado pendiente del rival, Gonzalo Arconada sacó un once sorprendente, con tres centrales (Maureta, Beñat y Quesada), dos carrileros (Andrés y Guillén) y renunciando prácticamente a las bandas, con Carralero en el banquillo y Jorge Sáez y Javi Hernández jugando por dentro con Gabri Gómez. Uno de los objetivos de esta revolución era frenar al habilidoso Fran Pastor y el resultado fue desastroso porque el extremo del Guijuelo avisó en el minuto 3 y fabricó el gol de Lambarri en el minuto 8. Fue un golpe durísimo para el Burgos y para su entrenador, que tuvo que improvisar sobre la marcha y mover a sus jugadores de sitio. Su planteamiento inicial ya carecía de sentido y pasó a jugar un 4-1-4-1, con Beñat algo más adelantado, pero seguía sin bandas y sin crear ni una sola ocasión de  peligro. Inmediatamente Carralero y Cristian comenzaron a calentar. El equipo seguía sin funcionar y Arconada planteó entonces su tercer cambio táctico en apenas 30 minutos, pasando a un 4-4-2, con Andrés de lateral izquierdo, Guillén de interior zurdo, Maureta de lateral derecho y Jorge Sáez y Gabri Gómez en punta.

Dio igual. Lo único que logró el equipo burgalés fue provocar algún saque de esquina sin consecuencias, mientras el Guijuelo dominaba plácidamente el partido, basándose en la posesión, el miedo que daba Fran Pastor cada vez que cogía el balón y en el enorme trabajo de Lambarri en punta.

En el descanso, Gonzalo Arconada intentó recomponer el equipo, aunque no quiso repetir ese once que ganó al Avilés y mantuvo a Beñat como central, a Maureta como lateral derecho, a Andrés en la izquierda y a Guillén como interior. Dio salida a Carralero y Cristian, que se situaron en punta, por un apático Javi Hernández y un desaparecido Gabri Gómez.

Tampoco fue la solución entre otras cosas porque Carralero ya ha demostrado en otras ocasiones (la temporada pasado con Calderé) que no funciona como delantero y que su sitio está en la banda izquierda. Además, Jorge Sáez estaba perdido por la derecha, zona donde apenas se creaba peligro con el madrileño y con Maureta. Para rematar el pésimo día de todo el equipo y de su entrenador, Llorente, hasta ayer un seguro en el centro del campo, estuvo muy desacertado y lejos del jugador que había brillado hasta ahora.

Pese a todos estos desajustes, y mucho más por empuje que por juego, el Burgos intentó la igualada en los primeros minutos de la reanudación y en el minuto 47 un centro de Andrés fue rematado por Llorente al lateral de la portería. Fue una buena ocasión, pero aislada porque el Burgos seguía sin carburar y los jugadores, muy nerviosos y precipitados, intentaban hacer la guerra por su cuenta, con disparos lejanos sin sentido.

La salida de Gabri por Dani Guillén en el minuto 66 devolvió el dibujo más habitual del Burgos, con Carralero por la banda izquierda, pero ya era tarde. El gaditano jugó demasiado acelerado y se encontró enfrente a Raúl, cuya misión ayer era precisamente vigilarlo y, si podía, desestabilizarlo. Y lo consiguió, forzando la quinta amarilla de Carralero.

El Burgos se fue quedando sin fuerza mientras que los cambios del Guijuelo daban aire a su centro del campo. Y, como no, Fran Pastor quiso rubricar su buen partido forzando la falta que se convirtió en el 0-2, dejando al Burgos muy tocado y mirando de reojo la parte baja de la clasificación.

Gonzalo Arconada, entrenador del Burgos CF

«Mal día en la oficina, han sido superiores, una derrota justa»

Gonzalo Arconada reconoció al término del encuentro todos los males que habían conducido al Burgos a la derrota.  «No ha salido lo que teníamos previsto. Ha sido un mal día en la oficina. Nos ha roto el gol y ellos han sido superiores. Hay que resignarse y reconocer que la derrota ha sido justa. Tenemos que levantar la cabeza y pensar en el siguiente partido», declaró Arconada.

El técnico explicó su apuesta por un esquema novedoso, «para tener el balón y controlar el centro del campo. Pero hubo varias pérdidas de balón y el gol nos ha matado, dejó tocado al equipo. Ahora sí me arrepiento de esa apuesta y asumo mi responsabilidad».

«En esta vida lo importante es saber encajar las derrotas, levantarse y seguir caminando. Hacemos mal si nos quedamos lamentándonos. Hay que admitir las críticas y mirar al futuro con optimismo, pensar en hacerlo bien en Valladolid».