¡Cuidado con el perro! veneno suelto

Raúl Canales / Miranda
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La muerte de un cachorro de salvamento alerta sobre sustancias tóxicas en algunas zonas

Esa mañana Vida salió a pasear como un día más por las riberas del Ebro pero no derrochaba la vitalidad habitual. Estaba apagada, triste, sin rastro del carácter inquieto que caracterizaba a este cachorro de border collie que llevaba camino de ser una gran perra de salvamento. Horas más tarde el veterinario confirmaba el diagnóstico: envenenamiento. «No han conseguido todavía saber exactamente que sustancia  ha sido pero no es el veneno típico para las ratas que puede haber en esa zona porque ha hecho una reacción muy rara», asegura su cuidadora.

Vida era uno de los ejemplares a los que estaba adiestrando UCAS de Arrate. Su trabajo iba a ser ayudar en las tareas de búsqueda en casos de emergencia para hacer honor a su nombre. A pesar de no tener aún ni dos meses, ya apuntaba maneras, igual que Zoe, que todavía rastrea buscando a su compañera de juegos.

Su caso ha sido uno más de los muchos que anualmente se dan en la ciudad. La falta de sensibilidad y el uso indiscriminado de pesticidas acaban con muchos animales. En algunos supuestos es de forma accidental, en otros hay una intencionalidad clara y mucho desconocimiento. «El azufre y los líquidos que la gente echa en las esquinas para evitar que los perros orinen es muy dañino», aseguran desde la unidad canina, «además de ser una medida que no da resultado ya que los perros siguen meando en el lugar». Para solucionarlo, hay otros remedios caseros más efectivos y menos agresivos con el animal. «En los pueblos dejan una botella con agua en la esquina, aunque en la ciudad te la quitan rápido», apuntan.

Pero también se hace un llamamiento al civismo de los dueños de las mascotas. «Es fácil corregir al perro para que solo lo haga en árboles y lugares habilitados y no  vaya dejando marcas por todas las paredes», señalan desde UCAS.  

Sin embargo, por algunas denuncias recibidas, desgraciadamente en algunos casos ni siquiera hace falta que el animal genere una molestia. En los últimos tiempos se han descubierto algunas prácticas crueles como colocar comida con  veneno para acabar con los perros abandonados o chorizos con alfileres, métodos que denotan «un grado de salvajismo extremo hacia otros seres vivos».