Cecina a manos llenas

Gadea G. Ubierna / Burgos
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La degustación de carne, chorizo y morcilla en las fiestas del barrio de San Pedro de la Fuente volvió a ser todo un éxito • La dedicación de una decena de vecinos lo hace posible

Hasta de tres en tres sacaban algunos ayer los pinchos de la carpa ubicada en el epicentro de San Pedro de la Fuente con motivo de una de las tradiciones de barrio más arraigadas en la capital: el reparto de cecina con el que se recuerda a los vaqueros que trabajaban antaño en la zona. Los organizadores, conscientes de que a esas horas del mediodía suele haber apetito, habían hecho acopio de entre 80 y 100 kilos de materia prima en las carnicerías del barrio, además de otros 40 kilos de chorizo. Todo ello se acompañó con otros 30 kilos de morcillas Tere, en este caso regalada.  

La degustación con motivo de las Fiesats de la Cátedra siempre es un éxito, como prueba el hecho de que mucho antes de que termine la misa y se abra la carpa, ya hay gente a la cola. Algo en lo que tiene que ver la voluntad -y buena mano- de quienes pasan casi una semana pendientes de que todo esté listo. Aurelia, Flori, Clari, Juli, Elvira y Angelines fueron este año las responsables de la laboriosa preparación: el viernes se limpió y se puso a remojo, el sábado a primera hora se puso a cocer durante más de cuatro horas junto a la verdura, la gallina y los garbanzos al tiempo que la morcilla y los chorizos se hacían aparte, y el domingo dedicaron toda la mañana a limpiar y trocear. En este segundo paso también colaboraron Pilar y Teresa, dos vecinas que llevan veinte años ayudando en la tarea porque «nos gusta el barrio y estamos encantadas de ayudar». El equipo se completa con los hombres y jóvenes de la peña que se encargan del reparto y, por supuesto, con quienes se encargan de la parte administrativa. «Esto es un trabajo en cadena», afirmaban ayer sin perder la sonrisa.

Y eso que por delante tienen todavía dos días de recoger y fregar bandejas de plástico en un local prestado por un particular, dado que aún no han conseguido que el Ayuntamiento les ceda un espacio con agua caliente para esta y otras actividades. Pero mantener la tradición y la alegría en el barrio bien merecen el esfuerzo.