La OCU sitúa el agua de la capital entre las mejores y más baratas de España

Á.M. / Burgos
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'Auditoría' de Consumidores. La organización acaba de remitir los resultados del análisis practicado en un domicilio de Burgos, que revelan una calidad excelente del líquido elemento.

 
Es una experiencia común que seguramente muchos de ustedes habrán vivido en carne propia. Uno se desplaza de su entorno geográfico habitual, acude a una cafetería, bar o restaurante y pide que le sirvan su bebida habitual. Coca Cola, tal o cual marca de cerveza, quizás un café... Sin embargo, resulta que no sabe igual. En ocasiones, ni parecido.
No miren mal al hostelero. No es un timador. Simplemente ocurre que los grandes productores tienen plantas de fabricación en distintas provincias y utilizan, además de la formulación oportuna, la materia prima del lugar en el que están radicados. Y hay uno que es muy relevante. Determinante en no pocas ocasiones, hasta el límite de llegar a decidir que una multinacional elija una ubicación concreta para sus plantas de producción. Es el agua.
Puede, también, que en Burgos no le prestemos atención al cotidiano gesto de abrir el grifo y bebernos lo que sale de él, pero eso en no pocas capitales de España es ciencia ficción. Pues lo mismo que le ocurre a usted en su domicilio, les pasa a las industrias agroalimentarias o químicas (fundamentalmente) que apostaron por implantarse en esta ciudad. Y a esa realidad hay que añadir que, a pesar de la revisión de los precios ejecutada en 2012, el agua de Burgos sigue siendo barata.
El último informe, el de 2014, realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) situó a Burgos entre las diez ciudades más baratas de un total de 54 (entre ellas todas las capitales de provincia), concretamente en el puerto número ocho de las más baratas con un coste medio de 202 euros al año para el mismo tipo de familia y consumo. La factura media nacional es de 285 euros, la ciudad más barata Palencia (145 euros) y la más cara Murcia (501 euros).
Pues bien, la organización está ahora culminando la segunda fase de su estudio anual (es el más reputado de cuantos se elaboran en España) y se ha centrado en la calidad del líquido elemento que beben los ciudadanos y las factorías en territorio español. Sin previo aviso al suministrador, ya sea una sociedad pública o privada, la OCU recoge una muestra directamente del grifo de un domicilio de la ciudad elegido al azar. En el caso de Burgos, esta toma se realizó, en mayo, en un piso de la calle Concepción.
Esta muestra es remitida a un laboratorio acreditado que analiza 127 parámetros para conocer cuál es el nivel de cumplimiento del Real Decreto (140/2003 de 7 de febrero) que regula las condiciones que deben darse para el consumo humano. Pero, ojo, que sea potable no quiere decir que sea la panacea. Solo que se puede beber.
Sin embargo, en el caso de Burgos, y tal y como refleja la analítica remitida por la OCU a Aguas de Burgos, que posteriormente será publicada en comparativa con el resto de España en la revista Compra Maestra que edita la Organización, el resultado es considerado óptimo, ya que se refrenda que  se cumplen «holgadamente los criterios sanitarios» exigidos, según explican desde Aguas de Burgos.
De la analítica se desprende también que «se trata de un agua blanda; es decir, muy baja en dureza y cal, lo que hace que sea muy buena para el correcto funcionamiento de los distintos aparatos que utilizan el agua, no siendo necesario utilizar ningún producto descalcificador», continúa. Igualmente, «se constata la ausencia de microorganismos que pudieran causar algún tipo de enfermedad», y «tampoco se han detectado compuestos orgánicos volátiles», que pueden ser absorbidos por la sangre y acabar ‘sedimentados’ en los órganos vitales del cuerpo humano.
 
La industria.
En Aguas consideran que esta suerte de ‘auditoría externa’ «ha venido a corroborar que la calidad del suministro, tanto a las viviendas como a las industrias de la ciudad, es excelente», lo que «permite utilizar el agua como materia prima a las industrias del sector de la alimentación, como es el caso de San Miguel o Campofrío, quienes desde siempre han manifestado su satisfacción tanto por la calidad del agua recibida como por la continuidad en el suministro».
La última apreciación también es relevante. Regresando al principio, no es tan sencillo encontrar una red de abastecimiento que no registre fallos de suministro; lo que en casa sería una contrariedad, en una gran factoría puede ser un drama. Aun siendo bueno, el anillo de abastecimiento actual se va a ver muy reforzado con la inversión de más de 40 millones que está previsto ejecutar en 2015 y que conlleva, además de unos nuevos depósitos en Cortes, la duplicación de las conducciones principales.
Pero, continuando con los parámetros de calidad, la causa principal es que el agua captado de los embalses de Úzquiza y Arlanzón ya llega en muy buenas condiciones a la Potabilizadora de Arlanzón. En la mayoría de las ciudades «se ven obligadas a efectuar costosos y complejos tratamientos de microfiltración antes de suministrar, ya sea por la dureza del agua o por su procedencia marina». En otros casos (en la meseta Sur, por ejemplo), el agua proviene del subsuelo y su composición y calidad no es, ni de perfil, la óptima. Aquí, terminan en Aguas con los resultados de la OCU en la mano, el resumen es «calidad y cantidad, lo que hace de Burgos una ciudad especialmente atractiva para la implantación de empresas que necesiten su utilización de manera masiva».