La Iglesia ortodoxa busca local para el culto de la comunidad georgiana

G.G.U. / Burgos
-

La Diócesis de Burgos está ofreciendo distintas opciones a su sacerdote, de Madrid. La rama rumana llegó a un acuerdo con las Trinitarias para compartir la iglesia de Santa Teresa

La población ortodoxa se incrementa cada año en Burgos, pero no así sus lugares de culto. De ahí que uno de los tres sacerdotes de la Iglesia georgiana que viven en España, el de Madrid, se haya puesto en contacto con el Arzobispado de Burgos para saber si puede cederles una iglesia o un local en la capital para celebrar misa al menos una vez al mes. La diócesis está poniendo sobre la mesa distintas opciones y esperan poder cerrar un acuerdo antes de otoño, dado que la comunidad georgina ya tiene alrededor de 150 feligreses en la capital y, según el responsable de la Mesa Pastoral con Inmigrantes, José Luis Lastra, «son muy religiosos».

Ahora, el rito ortodoxo solo se celebra en la iglesia que las Trinitarias tienen en la plaza de Santa Teresa, después de que la comunidad rumana llegara a un acuerdo con la congregación para compartir el templo católico. Sin embargo, en la diócesis burgalesa explican que la iglesia rumana es distinta de la georgiana y que mientras los primeros no son reticentes a compartir un espacio en uso por la comunidad católica, los segundos sí. De hecho, los feligreses de esta rama ortodoxa han preguntado por una iglesia abandonada, o al menos sin uso, para poder instalar su iconografía de manera permanente.

Una petición que se está tratando de atender, aunque en la diócesis no ocultan que es complicado porque en el término municipal no hay templos ni abandonados ni sin culto católico. Para cumplir ambas premisas habría que acudir a pueblos limítrofes como Sarracín, que tienen varias iglesias y solo emplean una, pero en la diócesis burgalesa creen que movilizar a más de 150 personas para ir a misa no es la opción más adecuada y están poniendo otras sobre la mesa. Así, se les ha ofrecido emplear la capilla de la Divina Pastora, pero el sacerdote georgiano que atiende a la parroquia burgalesa ya lo ha rechazado porque hay culto católico. A su vez, ellos se han interesado por la antigua capilla militar de la calle Vitoria, pero la diócesis ya ha indicado que es propiedad de Defensa.

«Ofrecerles salones sería mucho más viable si no lo quisieran como sede permanente», apunta Lastra, antes de añadir que, cuando reanuden las conversaciones en septiembre, es probable que les ofrezcan emplear la capilla de la Facultad de Teología o incluso la iglesia vieja de La Ventilla, que ya acogió el culto de la rama ortodoxa rumana  de Burgos hace unos años.

Nueva parroquia

El responsable de la Pastoral con Inmigrantes, Lastra, explica que, entonces, los rumanos «montaban y desmontaban» su iconografía -lo mismo que hacen en las Trinitarias- y demás objetos litúrgicos, pero pasado un tiempo alquilaron un local en la Alhóndiga que dejaron como sede permanente. La crisis dificultaba seguir pagando el alquiler y, tras solicitar a las Franciscanas que les cedieran el uso de la capilla de la calle San Pablo (traseras del colegio Nuestra Señora de Lourdes) acabaron negociando con las Trinitarias. La cifra de feligreses rumanos no deja de incrementarse en la provincia y, de hecho, ya se ha desgajado: la comunidad de Aranda ya tiene parroquia con sacerdote propio para la capital ribereña y Roa.

Una vez que la Iglesia ortodoxa georgiana y la diócesis burgalesa lleguen a acuerdo, serán 23 los lugares de culto empleados por confesiones no católicas, según datos oficiales del Ayuntamiento. Los más numerosos son los evangélicos, pero también hay musulmanes, testigos de Jehová, mormones adventistas y, como ya se ha dicho, ortodoxos.