Burgaleses menores de 55 años copan la unidad de los sintecho

Angélica González / Burgos
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Baja drásticamente el número de usuarios, desde los 66 que acudieron la temporada pasada a los 18 de ésta. La concejala de Servicios Sociales afirma que se seguirá confiando en Cáritas para su gestión el próximo invierno

Este invierno, la unidad contó, además de con camas, con un centro de día y talleres en los que los usuarios podían emplear su tiempo. - Foto: Luis López Araico

Que la pobreza y la exclusión social están haciendo mella cada vez más en la población española es un hecho que Cáritas lleva muchos meses constatando y haciendo público. Lo pone de manifiesto en sus informes y documentos pero también lo constata en el día a día de los centros que gestiona. Un ejemplo muy significativo de este estado de cosas es el de la Unidad de Mínima Exigencia (UME), un servicio puesto en marcha por el Ayuntamiento y desarrollado por la ONG y cuyo objetivo es que nadie duerma en las calles burgalesas durante los meses más fríos del año. Terminada ya la temporada, en la memoria se refleja que el mayor número de usuarios, hasta un 88,8%, han sido burgaleses y menores de 55 años.

La crisis económica ha provocado, además, que mucha población extranjera desista de su proyecto migratorio que no ha obtenido los resultados deseados y que vuelva a sus países de origen. Esto tiene que ver con el descenso drástico del número de usuarios que este invierno ha tenido la UME. Así como en el de la temporada 2012-2013 se contabilizaron 66 usuarios diferentes, en la actual, han sido tan solo 18 pero que acumularon 795 pernoctaciones entre todos ellos.

El perfil de estos usuarios es el de un hombre español -burgalés, concretamente- de 55 o menos años de edad y que ya había pasado en alguna otra ocasión por esta unidad, que este año incluyó un centro de día y diferentes talleres  a través de los cuales poder trabajar en la normalización de este colectivo, que en su mayoría llevaban en la calle el tiempo suficiente como para que su situación se considerara crónica.

La estancia media ha sido de unos 45 días por usuario frente a los 25 del año pasado y la ocupación, del 91% frente al 84%. Lógicamente, el mes de mayor trasiego de la unidad ha sido diciembre en el que se superó la capacidad de las instalaciones con un 103,7% de ocupación ya que se ofrecieron 186 pernoctaciones y se ocuparon 193 (Cáritas y el Ayuntamiento siempre cuentan con recursos para no dejar a nadie en la calle, pues éste es el objetivo de este servicio).

La mayoría de los usuarios (fueron 16 varones frente a dos mujeres) llegaron a la UMEderivados desde sus respectivos centros de acción social (Ceas) pero también lo hicieron desde el Servicio de Urgencia Social, de diferentes programas de Cáritas -entre ellos el denominado ‘Café y calor’ que busca por las calles a personas que duermen a la intemperie para proponerles esta solución- y dos de ellos lo hicieron por iniciativa propia.

Y de todos ellos solo tres han vuelto a la calle. Para el resto se buscó una solución y se habilitó un proceso de acompañamiento por parte del personal y del voluntariado de Cáritas.  El Ceis, el albergue municipal, Proyecto Hombre, el regreso a su país, la normalización de sus ingresos o incapacitación han sido algunas de las opciones que han tomado.

La concejala de Servicios Sociales, Ana Lopidana, destacó «el buen trabajo» hecho por Cáritas y se felicitó de que nadie haya dormido en la calle este invierno por desconocimiento del recurso de la UME. También aseguró que el Ayuntamiento seguirá confiando en la ONG católica para la gestión de la unidad que, como se recordará, se puso en marcha a instancias municipales en el invierno de 2011 en el que, por desgracia, fallecieron dos personas en la calle que se negaron a utilizar este recurso.