Uno de los thrillers eróticos del año pasado fue Gorrión rojo, que protagoniza Jennifer Lawrence y ya está en venta digital y en 4K Ultra HD, Blu-ray Steelbook, Blu-ray y DVD. A sus 27 años y con un Oscar por El lado bueno de las cosas, la de Kentucky sigue decantándose por el cine de acción, como demuestran las sagas X-Men y Los Juegos del Hambre.   

¿Qué tipo de preparación hizo para este papel?

No soy, como dice el director Francis Lawrence, una actriz de deberes, así que para prepararme para la película di clases de ballet tres horas al día durante cuatro meses. Fue duro, pero creo que esa parte de la cinta funciona muy bien. En cuanto a la dicción, nunca había interpretado un acento extranjero antes, así que practiqué durante cuatro meses también. Después, cuando te pones el traje te conviertes en el personaje y todo se hace mucho más fácil. 

¿Utilizó el acento extranjero cuando no estaba rodando?

Dos semanas antes de empezar a rodar, Francis me dijo: «Deberías hablar con acento ruso también en casa. No dejes de hacerlo, habla con tus amigos con ese acento». Le dije: «Francis, no tengo esa clase de amigos. Nunca volverían a hablarme». 

También bailaba en El lado bueno de las cosas. ¿Le resulta fácil? 

Sí, ¡obviamente soy una magnífica bailarina! (risas) Era imposible que aprendiera a bailar como una primera bailarina del Bolshoi en cuatro meses. Sería arrogante pensar que se puede hacer algo así. Era más importante para mí cambiar mi físico, tener posturas corporales diferentes, usar músculos distintos y también comprobar la disciplina mental y física por la que tienen que pasar los bailarines. No sé por qué lo hacen, ¡es muy duro!

Esta es la cuarta película con el director Francis Lawrence. ¿Qué tiene de particular para que repita? 

¡Francis tiene tantas cosas buenas que podría hablar horas de él! Creo que es brillante y con talento. Ya era fan de su trabajo antes de que trabajásemos juntos. Es tranquilo, domina el set como nadie, se organiza muy bien y es un buen amigo.

Ha interpretado algunos personajes que sufren bastante. ¿Es difícil rodar escenas como las que hay en Gorrión rojo, en las que es torturada?

Las escenas de tortura fueron divertidas. Joel hacía como si la máquina de injertos cutáneos, que se suponía que estaba arrancándole la piel, le hiciera cosquillas. Había sangre por todas partes y él se reía todo el rato, fue muy divertido. En la película me torturaban con una pala de mentira, no fue una mala experiencia. 

Si se introdujese de pronto en el mundo del espionaje, ¿cómo cree que se le daría?

No creo que lo llevara bien, sinceramente. La verdad es que soy muy buena guardando secretos (risas), pero no puedo hacer cosas que supongan un gran esfuerzo o que me hagan sentir físicamente mal. Debo reconocer que soy una persona muy perezosa, esa es la verdad. Me gusta dormir al menos 10 horas (risas) y no tengo una ética profesional estricta, así que creo que no sería una buena espía en la vida real.

¿Qué cree que diferencia Gorrión rojo del resto de filmes de espías?

Gorrión Rojo te ofrece el punto de vista único de un drama psicológico dentro de una película de espías. Está escrita por Jason Matthews, que trabajó para la CIA durante más de 30 años, en los que se especializó en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, así que se trata de una perspectiva única del mundo del espionaje. También es una historia muy humana sobre este estilo de vida. No es alguien que se levanta del sofá y tiene ametralladoras y aparatos futuristas, sino que trata sobre los aspectos humanos de llevar una doble vida y lo que le supone a una persona.