Aptitudes de sobresaliente

I.L.H. / Burgos
-

Dos estudiantes del Instituto Félix Rodríguez de la Fuente despuntan en los respectivos certámenes de letras y ciencias • Adrián Rioja, de 16 años, es el mejor en Latín y Rubén de la Huerta, de 17, destaca en Química y Biología

La cita de la pizarra no podía ser más apropiada: Cada uno se labra su propia suerte, en esta Adrián. - Foto: Luis López Araico

Adrián Rioja Herrero / Premio Nacional de Latín

«me gustaría disponer de más tiempo para dedicarle las horas necesarias»

Sergio tiene claro que quiere estudiar Químicas en la Universidad de Burgos y dedicarse a la investigación.Sergio tiene claro que quiere estudiar Químicas en la Universidad de Burgos y dedicarse a la investigación. - Foto: Luis López Araico Ha obtenido la mejor calificación en la fase nacional del Concurso de Latín Ciceroniam Arpinas y en mayo viaja a Italia para participar en el certamen internacional. Su profesora cree que es el mejor alumno que ha tenido en 40 años. Además de sobresalir en la lengua clásica es miembro de la Joven Orquesta de Castilla y León y ha conseguido una de las 5 becas de la OSBU.

Con ésta son ya tres las veces que los méritos de Adrián Rioja Herrero, de 16 años, le han hecho aparecer en las páginas de este periódico: ha sido elegido primer violín de la Joven Orquesta de Castilla y León, ha obtenido una de las cinco becas que ofrece la OSBU y ahora lo hace como ganador del Premio Nacional de Latín.

Para Rosa Hernández, su profesora en el IES Félix Rodríguez de la Fuente, es el mejor alumno que ha tenido en cuarenta años de enseñanza. Destaca la madurez de un joven que «capta inmediatamente todo lo que le explicas, lo proceso y lo aplica al resto de asignaturas». «Es el alumno que todos los profesores quisieran tener y que aparece una vez cada diez mil años. Además de una mente brillante, es sensato, con criterio propio bien arraigado, humilde, educado, agradable en el trato, buen compañero y excelente alumno».

No es para menos. Adrián Rioja traza su propio destino a base de esfuerzo y aptitudes. A las 5 horas diarias que le dedica al violín en el Conservatorio -su auténtica pasión y su opción profesional de futuro-, hay que añadir los estudios del instituto y el refuerzo que realiza en idiomas como inglés, francés, alemán y latín. «Yo también me pregunto de donde puedo sacar el tiempo. Me gustaría disponer de él para andar un poco más relajado y dedicarle las horas necesarias para hacerlo como realmente quisiera», responde Adrián.

 En el concurso de Latín Ciceronianum Arpinas se ha enfrentado a medio centenar de estudiantes de toda España que, en la mayoría de los casos, llevan al menos dos años preparando la asignatura. El joven burgalés, en cambio, cursa Primero de Bachillerato y, salvo la pequeña incursión realizada en 4º de la ESO, apenas lleva unos meses estudiando textos de Cicerón. «El examen fue realmente difícil», reconoce la profesora.

«Lo que más me gusta son las lenguas, la cultura clásica y especialmente el latín, por eso he elegido Humanidades», sostiene mientras Rosa Hernández apunta que también es un portento en griego, y que no se presentó al certamen porque le coincidía con el regreso de un concierto con la Joven Orquesta en Bruselas.

A Arpino, en mayo

«El latín no es una lengua muerta. Está totalmente viva y lo vemos a diario en nuestro idioma y en muchos aspectos de la cultura», añade antes de recordar los detalles de la competición con la que ha obtenido la mejor nota de toda España. «Tuvimos que hacer una traducción de unas 20 líneas de un pasaje de Cicerón, un análisis sintáctico y unas preguntas teóricas para relacionar el contexto social y la obra de la que se trataba. La nota de ese examen se evaluaba a nivel regional y de ahí se envío al nacional. A nivel estatal volvieron a corregir el examen y obtuve la mejor nota».

El resultado le permite competir en la fase internacional, que se celebrará en mayo cerca de Roma, en Arpino, la localidad natal de Cicerón. Será entre el 9 y el 12 de mayo y, para hacernos una idea, el año pasado se presentaron más de 200 estudiantes. «El nivel es máximo porque compites con gente que lleva muchos más años y tienen de clase más horas a la semana para estudiar latín», recuerda Adrián, que se está preparando el certamen leyendo tanto en español como en latín obras de Cicerón y buscando información sobre el contenido de las obras.

Aficionado a todo tipo de lecturas y al cine clásico y francés, Adrián Rioja reconoce que en cuanto a los estudios tiene su talón de Aquiles en la Educación Física. Pero todo se andará, al final y al cabo faber suae fortunae unusquisque est ipse, cada uno es el arquitecto de su propia fortuna.

 

Sergio de la Huerta Sainz | Ganador de la Olimpiada Provincial de Química y la regional de Biología

 «En contra de lo que creen los profesores, a mí me gusta hacer el vago»

En el caso de este joven de 17 años, que cursa Segundo de Bachillerato, su fuerte son las ciencias. Destaca en Química, materia en la que ha triunfado a nivel provincial, y Biología, el mejor de toda Castilla y León. Por problemas con las alergias alimenticias, Sergio de la Huerta ha declinado presentarse a las fases nacionales de ambos certámenes.

Es alumno del mismo instituto, tiene un año más y le lleva un curso de ventaja, pero en este caso lo suyo son las ciencias. Sergio de la Huerta Sainz ha ganado la Olimpiada provincial de Químicas y la regional de Biología. De carácter tímido y reservado, a este otro estudiante brillante los certámenes le han servido para ponerse a prueba con respeto a otros alumnos y conocer su nivel.

«El año pasado me presenté por probar, para saber qué es lo que exigían. Recuerdo que pasé el doble de nervios que este año, y que me resultó bastante difícil. No digo que este año haya sido fácil, pero sí al menos que iba más seguro. En la competición de Química te exigen el contenido del temario que das en clase. Es como si hicieras un examen entre institutos. Sabía a lo que me enfrentaba y no he necesitado reforzar más. En Biología fue similar y el temario lo tenía reciente», repasa Sergio, para quien las ciencias le interesan no tanto como objeto de estudio, sino más bien por su utilidad ahora o en el futuro.

Superadas ambas pruebas, le correspondería ahora acudir a las fases nacionales, pero el joven estudiante burgalés ha optado por no desplazarse ante los problemas de alergias alimenticias que tiene. «No me quiero arriesgar. Bastante nos cuesta controlarlo aquí como para tratar de hacerlo fuera. Hay que tenerlo todo bajo control y sí, es una gran oportunidad, pero también es solo un examen. Da rabia tener que rechazarlo pero es así. Me da pena, pero lo conseguido no me lo quita nadie».

De cara al futuro Sergio tiene claro que lo que realmente le tira  para estudiar son las Químicas, por lo que se matriculará en la Universidad de Burgos. Si todo le sale como espera, le gustaría dedicarse a la investigación, quizá dentro de una institución académica.

En cuanto a sus aficiones personales, y pese a que parezca una contradicción por las buenas notas que obtiene en clase, a Sergio le gusta quedarse pensando en las musarañas. «En contra de lo que creen los profesores a mí me gusta hacer el vago», sostiene orgulloso. El cómic español es otra de sus grandes aficiones.