Las pérdidas del matadero comarcal crecen hasta los 64.955 euros

A.C. / Villarcayo
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El Ayuntamiento de Villarcayo, que tratará de equilibrar las cuentas con el traslado de dos de sus trabajadores a otros servicios municipales, trabaja en medidas para mejorar los resultados

La actividad del matadero comarcal Las Merindades, dependiente del Ayuntamiento de Villarcayo, comenzó a caer de forma significativa en 2008 con el comienzo de la crisis y no ha parado de hacerlo desde entonces. El balance de 2015 ha vuelto a evidenciar el descenso de un 10% del volumen de carne sacrificada, que ha caído de los 466.302 kilogramos de 2014 a 418.276. Las pérdidas económicas que ello lleva aparejado han vuelto a crecer desde los 44.045 euros de 2014 a los 64.955, del pasado año. En la última década, la caída del sacrificio ha sido del 62%, dado que en 2006 se mataron 1.120.465 kilogramos de carne. El actual equipo de gobierno quiere darle la vuelta al balance económico, calculado antes de la liquidación de IVA, y a las cifras de actividad y para ello ha decidido tomar medidas como la reestructuración de la plantilla.

De los ocho operarios del matadero comarcal, al que se suma uno más que atiende el Centro de Desinfección de Vehículos, dos van a ser trasladados a otros servicios municipales, el de Transportes y el de Obras, como anuncia el concejal delegado del matadero, Luis Castillo. Antes de dar este paso, el equipo de gobierno ha preguntado a los trabajadores quiénes estaban dispuestos a formar parte de otros servicios y varios han dado un paso al frente. Su selección y traslado efectivo está previsto que se materialice este mes. «Con la recolocación de dos empleados queremos cumplir el programa electoral, en el que nos comprometimos a no destruir puestos de trabajo», destaca Castillo, quien espera que esta medida reduzca en gran medida las pérdidas. Asimismo, el edil considera que el matadero seguirá ofreciendo una atención adecuada tras la merma de su plantilla, que se completará con eventuales en momentos de máxima actividad.

Además de ello, el equipo de gobierno trabaja en otras líneas para que el matadero gane en actividad. Recuperar la línea de comercialización hacia el País Vasco, que se ha perdido por completo, es una de ellas, así como una bonificación que beneficiará en cada factura a los clientes en forma directa en función del volumen de sacrificio. Esta medida «esperamos tenerla operativa en primavera», avanza el edil responsable.

Carne sin estrés

 

Pero además de ello, «queremos implicar a los ganaderos de la comarca para que sacrifiquen en el matadero comarcal, guarden las canales en las nuevas cámaras de la sala de despiece que queremos concluir y despiecen allí los animales», explica Luis Castillo, quien considera que los consumidores también han de apostar por la carne criada y matada en Las Merindades y que no ha sido sometida a los efectos del estrés de largos viajes. Reuniones con ganaderos y carniceros están en su agenda.

«No hay quejas del servicio ni de la calidad de la carne», insiste, pero ello no ha sido suficiente para frenar un descenso del sacrificio. Si hace una década se mataron 19.884 animales, el pasado año pasaron por las instalaciones 7.446, aún menos que en 2014, en que se contabilizaron 7.770. Las causas pueden ser muchas. «La crisis económica y la bajada general de la economía local, el avance de las grandes superficies que es un gran competidor, la pérdida de población y el envejecimiento» son algunas de las cuestiones que apuntan desde el Ayuntamiento villarcayés.