Ideas que dan vida al campo

A. Castellanos / Sta. Gadea
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El joven ganadero Álvaro Fernández y su mujer, María Benito, publicista de profesión, son pioneros en la venta de carne de vacuno on line en la comarca • Con carnedelabuena.com buscan nuevas oportunidades para su granja

a. castellanos / santa gadea
Álvaro Fernández Acero pertenece a una saga de ganaderos del Alfoz de Santa Gadea, a la que no se le conocen los comienzos. De su padre, Javier, aprendió mucho de lo que sabe, pero su juventud le ha llevado a emprender nuevos caminos para mejorar la rentabilidad y viabilidad de su granja y de su modo de criar el ganado vacuno. Con su mujer, María Benito Llaurado, publicista de profesión, ha logrado una pareja sentimental y también profesional, ya que con su experiencia ha sido la coautora del proyecto carnedelabuena.com, el nuevo canal de venta on line de los animales de su granja inaugurado el pasado mes de octubre.
María, afincada desde hace cinco años en Santa Gadea, pasa una semana al mes en Barcelona por motivos profesionales. Allí, en su tierra natal aunque tiene raíces en Las Merindades, fue donde le empezaron a llegar encargos de carne. Y de ahi le surgió la idea de esta nueva iniciativa que ha convertido la ganadería Fernández Acero en pionera de la venta por internet en la comarca de Las Merindades
Álvaro Fernández, con solo 35 años, lleva adelante la explotación de 200 cabezas de vacas tudancas, limusinas y charolesas que ha heredado de su padre y en la que siempre echa una mano la familia, incluida su mujer. Maneja sus animales a caballo y cuenta con un entorno que es el principal aliado de la calidad de sus terneros. En el Alfoz de Santa Gadea, las 1.500 hectáreas del Monte Hijedo se convierten en un gigantesco pastizal durante buena parte del año, donde los animales pueden comer hierba, hojas de los árboles y sabrosas setas que también gustan mucho a las vacas.
Esta riqueza natural junto al apoyo que el Ayuntamiento del Alfoz de Santa Gadea da a los ganaderos son algunas de las claves por las que Álvaro Fernández y otros nueve jóvenes ganaderos han cogido las riendas de las explotaciones paternas en este pequeño municipio de solo 107 habitantes, de los que 14 son niños menores de 10 años.
La producción de este ganadero no sigue estrictamente el sistema ecológico, que no permite el abonado de los pastizales, pero se acerca casi al cien por cien. Sus reses pastan al aire libre ocho meses al año y cuando están estabuladas en la granja comen la hierba que previamente se ha recogido en el campo, en la mayoría de los casos abonado con estiércol. Además, este ganadero asegura que sus vacas y terneros «nunca son alimentados con antibióticos, la hormona bovina del crecimiento u otros fármacos, así como tampoco con alimentos genéticamente modificados».
Álvaro y María acaban de tener un bebe hace tan solo un mes y este hecho ha ralentizado su atención a la web, pero en sus tres primeros meses logró una media de cincuenta a sesenta pedidos mensuales. Eso equivale a matar dos terneras de año o año y medio cada mes.
 
lotes. Esta joven empresa sacrifica sus animales en el matadero de la localidad cántabra de Guarnizo, porque en esta localidad también cuentan con una cercana sala de despiece y ese servicio no existe en Las Merindades. Sirven su producto en lotes de 10 ó 4 kilogramos, en los que distribuyen en paquetes de medio kilo filetes, chuletón, carne de asar, entrecot, carne de guisar, carne picada y otras modalidades.
A sus clientes les garantizan una espera máxima de quince días para recibir su pedido, dado que para matar y despiezar un animal necesitan de veinte a veinticinco pedidos de 10 kilogramos cada uno. Eso si, aseguran y los clientes lo certifican en la web que 10 kilos de carne caben en un cajón de un congelador estándar.
En sus seis primeros meses de andadura han recibido cerca de 1.200 visitas a su web y se muestran muy satisfechos de lo logrado, aunque on line solo venden el 10% de su ganado. «Lo ideal sería llegar a vender todo por esta vía que hace más sostenible la vida en el campo», aseguran, pero están contentos y destacan que prefieren «la calidad a la cantidad».