Miranda actualizará su mapa del ruido

R.C.G.
-

Con el documento se tratará de erradicar los puntos de contaminación ya que el vigente es de hace siete años. En él se reflejó que cerca de 5.000 personas viven en zonas calificadas como ruidosas y que el tráfico era la principal fuente de molestia

La peatonalización de calles, la aplicación de la zona azul o reducir el límite de velocidad en determinados barrios han sido algunas de las medidas que han ayudado a pacificar el tráfico en la ciudad. Ahora el Ayuntamiento quiere saber también si han surtido efecto a la hora de minimizar la contaminación acústica. Por eso ya se ha iniciado el proceso administrativo para contratar la actualización del mapa del ruido, la herramienta necesaria para hacer un diagnóstico de la situación y localizar las zonas problemáticas.  

El último documento de estas características es de hace siete años y reflejaba que cerca de 5.000 mirandeses residen en zonas calificadas como ruidosas ya que las mediciones realizadas indicaban que en determinados momentos se superaban los límites permitidos. Según dicho estudio la principal fuente de ruido era el transito rodado ya que el ocio nocturno o el ferrocarril generaban  molestias ocasionales, igual que la industria, debido a que las empresas más grandes se encuentran alejadas del núcleo urbano.  

En cuanto a calles, los puntos ‘calientes’ estaban en la calle Vitoria (superaba los 71 decibelios cuando el límite que permite la norma está en 65) al ser una de las vías de entrada a la ciudad, Ronda del Ferrocarril o la Nacional I. En las más céntricas, al no haber tanto tráfico, los niveles eran menores. 

A pesar de que los datos pueden inducir a pensar lo contrario, Miranda no es una ciudad especialmente ruidosa ya que apenas el 15% de la población tiene su vivienda en una zona considerada como tal mientras que el 49% de los vecinos reside en un área «tolerablemente ruidosa» y el 28% lo hace en una «levemente ruidosa». Después de dicho mapa se han adoptado más medidas respecto a la movilidad que en principio deberían motivar una mejora. 

El importe previsto para la actualización del mapa del ruido es de 18.000 euros, que será sufragado íntegramente a través de una subvención de la Junta y el plazo para su elaboración es de tres meses. Una vez listo, en base a las conclusiones que se extraigan, se propondrán propuestas o planes de acción  para el área urbana. 

La empresa que se haga con la adjudicación del trabajo deberá analizar la legislación en materia de ruido, revisar la zonificación acústica del municipio de acuerdo a lo establecido en la normativa, desarrollar el mapa acústico de acuerdo con los procedimientos que establecen las directivas europeas de evaluación y gestión ambiental, llevar a cabo los trabajos de campo y elaborar una comparativa con los resultados del mapa anterior. 

Será también obligación de la empresa que consiga el contrato analizar las peculiaridades de la zona de estudio, identificando las fuentes de ruido existentes, es decir que se deberán realizar mediciones de diferentes tipos y en diferentes horas del día para establecer la contaminación acústica de cada zona.