«Hay que cambiar la imagen de la mujer gitana y estudiar»

G.G.U. / Burgos
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Tatiana Jiménez Jiménez, de 15 años; y Andrea Giménez Villalaín, de 17 años, estudian en el Instituto López de Mendoza. Ambas relatan para DB su experiencia educativa

Tatiana Jiménez Jiménez es una pionera: es la primera de toda su familia que llega al instituto y, lo más importante, es la primera que quiere estudiar por el gusto de hacerlo. Y recalca que sus padres, sin estudios en ambos casos, le animan a seguir. «Pero no todo el mundo piensa igual. Mi abuelo tiene otra mentalidad y al principio no entendía por qué tenía que ir yo al instituto. Pero ahora que ha visto que valgo y que me gusta, también me apoya», explica Jiménez, afirmando con entusiasmo que disfruta con «las letras. Literatura, Historia... Me gustan muchísimo».

No puede decir lo mismo, en cambio, de la Física o el Inglés, dos asignaturas que aprueba, pero para las que a comienzo de curso pidió ayuda a la delegación burgalesa de la Fundación Secretario Gitano y a su programa educativo Promociona. La coordinadora, Isabel Manrique, habló con ella, con su familia, y comprobó que cumplían los requisitos para entrar a formar parte de este proyecto de éxito educativo, financiado por la UE y con resultados muy prometedores, al menos hasta la fecha. «El Promociona está muy bien, me ayuda mucho con las asignaturas que se me dan peor y, en general, con todas. Aquí hacemos la tarea y nos la corrigen, así que voy al instituto con todo bien hecho», explica esta burgalesa, que cuando sale del aula que la fundación reserva en la Biblioteca Miguel de Cervantes para el refuerzo, se lleva el Promociona a casa para ayudar a su hermano pequeño.

En realidad, podría decirse que Jiménez se lleva los pilares de este programa a todas partes, porque es una acérrima defensora de la importancia de cambiar la imagen y el rol de la mujer gitana en la sociedad. En sus palabras: «Tienes que estudiar para poder tener tu trabajo, tu carné de conducir, tu casa... Tu vida». Y está convencida de que la mejor manera es hacerlo a través de la educación. Así que ha intentando que sus compañeras y amigas de la Iglesia, del Culto, acudan a las clases de refuerzo para sacar mejores notas y mantener la motivación necesaria para sacar la Secundaria y seguir estudiando, pero no oculta que muchas veces, las más, choca con unos hábitos muy arraigados. «Me dicen que qué van a hacer aquí [en la biblioteca] desde las cuatro de la tarde, por ejemplo. En general, ellas lo que están pensando es en cumplir los 16 años para dejar de estudiar, casarse o ponerse en la venta ambulante con sus padres. ¿Y qué van a hacer en la venta ambulante desde los 16 años? Pasar frío. Mucho mejor estás en el Instituto», defiende con vehemencia. La misma con la que apunta que cuando termine Secundaria va a matricularse en un grado medio de Formación Profesional -Gestión Administrativa- y quién sabe si después pisará la Universidad. «De momento no me lo he planteado. Quiero sacarme el grado medio y luego ya veré», concluye.

Andrea Giménez Villalaín | 17 años. 4º de la eso. Instituto López de Mendoza

«Hay que estudiar para tener un futuro mejor. Nadie me obliga»

Andrea Giménez Villalaín tiene un objetivo: estudiar un grado superior de Formación Profesional en Estética. Pero también sabe que para lograrlo tiene dos pasos ineludibles: aprobar la ESO y el grado medio de FP. Así que en esas ocasiones en las que siente que se le están atravesando los estudios, piensa en sus metas y vuelve a centrarse. «Yo sé que tengo que estudiar para tener un futuro mejor y, aunque nadie me obliga, mis padres son quienes me han apoyado y me han dicho siempre que tengo que seguir», explica esta burgalesa, cuya madre ya aprobó en su momento la Secundaria.

Este detalle, en apariencia intrascendente, es fundamental en la comunidad gitana porque no solo sienta un precedente sino que fomenta que se generen unos hábitos de estudio que en las familias con adultos sin formación no se tienen y, a veces, ni siquiera se entienden. Sin embargo, Giménez y su familia creyeron necesario que recibiera ayuda para sacar adelante cada curso y, sobre todo, las asignaturas que más le costaban. Así que contactó con la Fundación Secretariado Gitano y empezó a acudir a la sede para que le ayudaran con las tareas. Y una vez que la entidad consiguió financiación para poner en marcha el programa de refuerzo educativo Promociona, en el curso 2013/2014, Giménez siguió asistiendo. «Me ayuda mucho porque llevo la tarea al día y me resuelven las dudas», explica, matizando que su asignatura preferida es Matemáticas. No obstante, recibe apoyo en esta materia y también en Inglés. «Yo estoy contenta y voy aprobando, que es el objetivo», comenta esta joven, que tiene un hermano adolescente del que la familia también espera que, al menos, apruebe la ESO.

Al igual que su amiga Tatiana (ver testimonio superior), Andrea también ha intentado convencer a algunas amigas y conocidas para que no lo dejen todo a los 16 años, arrastradas por unas dinámicas de las que muchas veces se arrepienten. «Yo creo que hay tiempo para todo: para estudiar, para tener novio, casarte y tener hijos. Es lo que les digo, pero muchas veces es difícil», concluye.