Más cerca del consenso

Á.M / Burgos
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El régimen de concesión y el coste total que implicaba había sido criticado tanto por la oposición como por los vecinos

El arreglo integral de avenida Cantabria se sufragará con el dinero trasvasado por el Estado en el ‘convenio de las travesías’. - Foto: Luis López Araico

Puede que no sea lo más habitual, pero en ocasiones PP y PSOE están de acuerdo en sus planteamientos, aunque después difieran en la forma de llevarlos a cabo. Un caso claro es la conversión de la calle Vitoria en un bulevar, proyecto por el que el principal grupo de la oposición apuesta desde hace años.

Sin embargo, lanzada por Lacalle como una actuación nuclear de su mandato, el Grupo socialista ha criticado con dureza el planteamiento del Ejecutivo local. Dos han sido los factores de fricción más relevantes, aunque ha habido más. El primero es el régimen de concesión de obra pública, algo que el PSOE siempre consideró como un dispendio porque, si bien no obliga a un desembolso inmediato, sí condena a un pago más alto secuenciado a lo largo de una década.

Frente a esta decisión, los socialistas habían pedido que el proyecto se ejecute con dinero del Ayuntamiento y que, para poder afrontar el gasto, se difiera en varias fases su ejecución. Pues bien, eso es exactamente lo que Lacalle ha decidido hacer.

El segundo punto de distanciamiento es más complejo de salvar. El PSOE considera que se debe obligar a la empresa adjudicataria a construir varios cientos de plazas de aparcamiento más del mínimo previsto (246). En esto no hay -al menos de momento- marcha atrás y lo más que ha prometido el equipo de Gobierno es que dejará abierto el número para que, si hay alguien dispuesto a asumir el riesgo de hacer más grande el párking, lo haga.

Pero no solo la oposición había puesto reparos al régimen de financiación elegido. A lo largo de las últimas semanas el PP ha mantenido encuentros con diversos colectivos de Gamonal y Capiscol en los que ha podido escuchar las serias dudas sobre el importe total que iba a implicar acometer las obras y el sistema elegido. Así que, con el cambio de rumbo, el Gobierno local espanta algunos miedos vecinales y se aproxima algo más al concepto del principal grupo de la oposición.

200 empleos

Otro de los argumentos que el PP quiere hacer valer para defender el proyecto es la importante generación de empleo que provocaría la ejecución al alimón de estas dos obras. Según algunas fuentes del Ejecutivo local, la estimación habla de más de 200 empleos garantizados durante un periodo de dos años. «No nos engañemos; la única forma real que tiene el Ayuntamiento de crear empleo es mover inversión», defienden.