Un reencuentro histórico entre 'hermanos' tras casi 1.000 años

AGENCIAS
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El Papa Francisco y el Patriarca ortodoxo ruso Kiril se reúnen en el primer encuentro entre los dos máximos representantes de sus Iglesias desde el cisma del cristianismo del siglo XI

«Hoy es un día de gracia. Es un regalo de Dios este encuentro con el patriarca Kirill. Recen por nosotros». Así resumió ayer el Papa Francisco en su perfil oficial de la red social Twitter su encuentro con el Patriarca Cirilo de Moscú y toda Rusia, máximo representante de la Iglesia Ortodoxa Rusa, tras casi 1.000 de años de distanciamiento.

«Finalmente», señaló el Pontífice cuando pudo abrazar a su homólogo religioso en la pequeña sala del aeropuerto de La Habana donde tuvo lugar la reunión. Francisco llegó desde Roma e hizo escala en la isla caribeña para poder reunirse con Kiril, que se encuentra en Cuba para una visita a Latinoamérica. «Ha sido un encuentro muy querido tanto por mí como por mi hermano Cirilo (Kiril)», aseguró el Papa a los periodistas que le acompañaron en el vuelo.

Sentados en unas sillas blancas y con los intérpretes al lado, ambos comenzaron a dialogar ante los fotógrafos y cámaras, al inicio sin la ayuda de la traducción. Según se pudo escuchar en algunos momentos, ambos se llamaban «hermanos». También se pudo oír cómo el Santo Padre le dijo a Kiril, que «era claro que su entrevista era la voluntad de Dios», mientras que al Patriarca ruso se le escuchó decir que «ahora las cosas son más fáciles».

La histórica reunión privada, que duró unas dos horas, es el primer encuentro entre los máximos representantes de la Iglesia católica y de la Iglesia ortodoxa rusa, tras el primer cisma en el cristianismo producido en el año 1054. Según los expertos, los vínculos entre el Patriarcado y el inquilino del Kremlin, Vladimir Putin, dan a la cita, además, una dimensión política y estratégica, que podría abrir la puerta a una visita del Pontífice a Rusia.

 El líder espiritual ortodoxo recalcó tras la cita que esta le permitió «entender y sentir» la posición del otro y que ambos estuvieron de totalmente de acuerdo en la posibilidad de que católicos y ortodoxos cooperen en la defensa del cristianismo.

«Los resultados de la conversación permiten asegurar que actualmente las dos iglesias pueden cooperar defendiendo a los cristianos de todo el mundo», apostilló tras firmar una declaración conjunta en la que pidieron a la comunidad internacional tomar medidas para «evitar un mayor desplazamiento de los cristianos de Oriente Medio».

«En Siria e Irak esta violencia se ha cobrado miles de vida», señaló el documento final firmado por ambos líderes religiosos. Después de este simbólico gesto, Francisco aseguró que ambos hablaron «claramente como hermanos, sin medias palabras».

«Yo les confieso que he sentido la consolación del espíritu en este dialogo, agradezco la humildad de su Santidad y sus buenos deseos de unidad», señaló en referencia a su interlocutor.

«Hablamos de nuestras iglesias. Coincidimos en que la unidad se hace caminando», dijo el pontífice católico.

Tras este acto, el Pontífice emprendió el vuelo hacia la capital mexicana para cumplir su primera visita pastoral al país, durante la cual recorrerá seis localidades, entre ellas la norteña Ciudad Juárez, donde el próximo miércoles visitará una prisión que hasta el 2011 fue considerada una de las más peligrosas del país.